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Sorpresas en un proceso de digitalización de VHS

Por Graciela Berrotarán y Silvana Lucía Piga 

Ponencia presentada en I Encuentro de Conservación y Digitalización organizado por el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo. Buenos Aires, Septiembre de 2016

Graciela Berrotarán 

Editora de CONVERSA. Lic. en Conservación y restauración de Bienes Culturales de UMSA. Socia fundadora de COLMENA, taller especializado en restauración y conservación de colecciones de arte. En Fondo Antiguo-Fundación Loyola realizó el curso de Conservación Integral de Libros y Documentos de Archivo, a cargo de Ana Galiano. En 2013 realizó una especialización en la Universidad de Amsterdam sobre identificación, degradación y conservación de plásticos. Es además, analista de sistemas. 

berrotaran@colmena.com.ar

Silvana Lucía Piga

Es Bibliotecaria Profesional y docente. Cursó estudios de Archivología y de Conservación en diversas instituciones de Estados Unidos y Universidad Nacional de Córdoba. Desde 2000 dirige el sector Colecciones Especiales y Archivos en la Biblioteca de la Universidad de San Andrés donde lidera proyectos de organización y descripción de archivos ​y desarrolla programas de preservación digital.

La vida útil de un VHS está considerada por el estándar de la industria en 30 años. De allí la necesidad de buscar una alternativa para su preservación en el tiempo. Hoy en día su reproducción a un DVD aparece como la posibilidad más accesible para recuperar esa valiosa información o al menos eso pensamos en el área Colecciones Especiales y Archivos de la Biblioteca Max von Buch de la Universidad de San Andrés.

Si bien no es común para nosotras la recepción de este tipo de soporte, el aviso de que había unos 150 videos guardados en un cuarto por  más de 10 años en el campus de Victoria, provocó este desafío: ir a rescatarlos.

Sabíamos de antemano dos cosas: que el contenido seguramente referiría a distintos aspectos de la vida de la universidad, como ceremonias de graduación, charlas, etc. y que seguramente querríamos digitalizarlos. Para digitalizar, era imprescindible sortear  un serio inconveniente: obtener un reproductor de videos en condiciones junto a un televisor con una conexión acorde para poder visualizar el contenido de los videos y ponerlos en valor. Sin visualización no sabíamos qué íbamos a digitalizar ni por qué.

Pero un inconveniente casi mucho más serio e inesperado se produjo al abrir las cajas: saltaron velozmente pececillos de plata. Como primer paso, procedimos al aislamiento inmediato de todas las cajas llevándolas a un cuarto de cuarentena externa, ubicada en una terraza contigua a la sala donde se estaba realizando el examen.

Observamos que dentro de esas cajas de archivo de cartón tamaño oficio, estaban almacenados VHS en sus cajas originales de cartón. Una gran cantidad estaban sin ningún tipo de identificación y otros prometían temas muy interesantes.

Pero las preguntas surgían rápidas: ¿Por qué pececillos de plata en un VHS?, ¿de qué se alimentarían?, ¿sería solo del cartón o habrían atacado las cintas? Y si habían atacado las cintas, ¿cómo ver ese deterioro?

Para nosotras ver pececillos de plata en videos  fue una gran novedad que quisimos compartir con conservadoras para tratar de entender un poco esta situación. Consultamos entonces con las restauradoras del Taller Colmena que también se sorprendieron y nos proporcionaron la siguiente información acerca del soporte y el contaminante, lo que nos permitió comprender mejor la situación y los pasos a seguir.

¿Por qué fue tan importante en VCR?

 

VCR: Videograbador. Denominado por sus siglas en inglés video cassette recorder. Fue inventado en 1956 y llegó a revolucionar no solo la industria del entretenimiento sino que afectó la forma de almacenar recuerdos familiares, programas favoritos y probablemente no haya hoy una sola persona que no posea algún recuerdo de película (comercial o familiar) almacenada en este formato. De paso, también llevó a sus fabricantes a una guerra de formatos y a redefinir las leyes del copyright.

Según The New York Times, en 1960 hicieron su entrada los primeros VCRs para el hogar y se hicieron ampliamente populares entre los consumidores en los años setenta como muestran las siguientes fotografías:

Figura 1 : Reproductor de video Sony en los años 70

En los años 80 se estimaba que 15 millones de hogares ya tenían sus equipos reproductores y las ventas escalaron cuando se pudo programar el horario de grabación automático para poder ver un determinado programa de televisión a la hora que uno quisiera.

Figura 2: Reproductor Cartrivision, disponible desde 1973

Sin embargo, todo se detuvo con la irrupción del DVD en 1995 que solo 5 años más tarde de su lanzamiento ya sobrepasaba en número a los VCR.

La noticia actualmente es que el último fabricante de videograbadoras anunció el cese de producción. Esto es doblemente alarmante para quienes quieran digitalizar los contenidos de sus cassettes: no solo no se venderán más videograbadoras si no que tampoco tendrán dónde conseguir repuestos para seguir disfrutando de nuestros videos. La razón primordial es la dificultad que encuentra el fabricante en conseguir las partes necesarias. Vale la aclaración, por si no lo pensamos todavía, tampoco se conseguirán cassettes vírgenes.

 

Los diferentes tipos de VHS

 

Denominado así por sus siglas en inglés Video Home System. Es un sistema de grabación y de reproducción analógica de audio y video. Aquí radica su gran diferencia con las cintas cinematográficas anteriores: mientras que en éstas el sonido y la imagen se encuentran en medios distintos, en el VHS ambos lo comparten.

Resultó revolucionario en la forma de conservar hitos y eventos familiares así en cómo proveer de un nuevo concepto hoy en día impensado: tener que sentarse a ver un programa de televisión o película en un día y horario fijo en vez de tener la posibilidad de hacerlo a nuestra conveniencia.

En la era digital actual, prácticamente todo es considerado ‘viejo’ pero todavía las cintas están disponibles en viejas películas de nuestra infancia o filmaciones caseras. El cassette VHS puede ser re grabado; en la historia de cada familia seguramente se podrá encontrar al menos una anécdota al respecto, es solo cuestión de preguntar.

Figura 3: Cinta VHS

Betamax vs VHS: La guerra de las normas

La diferencia entre estas dos normas es básicamente la pelea por dominar el mercado de marcas entre JVC y Matsushita (Panasonic) y Sony. Mientras que Betamax fue discontinuado por Sony en 1984 apuntó siempre a una cinta de mejor calidad aunque de menor longitud pero en 1988 tuvieron que admitir su derrota y empezaron a fabricar vídeo reproductores VHS convirtiendo a éste tipo de cinta en el estándar de la industria por los próximos años.

Lamentablemente el tamaño de las cintas es distinto y por lo tanto también es distinto su reproductor; de ahí la relevancia de saberlo: necesitamos verificar si nuestro cassette es realmente un VHS antes de decidir su digitalización.

 

VHS Características físicas

Figura 4: Detalles de las capas constitutivas del film y de las cintas.

Composición de las cintas magnéticas. Hay elementos que no están especificados ya que cada compañía se reserva el derecho de informarnos su composición, sobretodo en el caso de los lubricantes, pero básicamente las cintas magnéticas en general y el VHS en particular, están formadas por los siguientes elementos:

- Base plástica de poliéster: posee gran estabilidad química. En algunos casos se puede encontrar PVC, pero ambos materiales no son problemáticos desde el punto de vista del deterioro.

- Partículas metálicas: Según Bereijo y Fuentes (2001) las partículas de óxidos metálicos (dióxido de cromo, óxido de hierro, etc.) están integradas en el adhesivo y en las cintas de alta calidad se incorpora adicionalmente una sustancia antifúngica para prevenir la proliferación de hongos. Los pigmentos compuestos por partículas puras de hierro son propensos a la oxidación aunque tengan material protectivo.

- Lubricantes: sustancia oleosa que se va perdiendo con el uso de la cinta. Facilita el movimiento de la misma a través de los cabezales y su ausencia provoca un aumento de fricción que la fragiliza.

- Fijadores: básicamente son adhesivos que mantienen a las partículas metálicas y al lubricante unidos. Lamentablemente el primer fijador utilizado fue acetato de celulosa, muy afectado en presencia de agentes ácidos. Luego se utilizó poliéster uretano por su afinidad con la base plástica pero se encontró que están expuestas a hidrólisis lo que causa un daño importante al no mantener unidas las partículas metálicas con el lubricante; produce también una capa adherente en la superficie llamada síndrome pegajoso que al pasar por los cabezales los puede trabar e inutilizar.

 

Agentes de deterioro del VHS

 

Si dejamos de lado la obsolescencia tecnológica, aún tenemos que tener en cuenta los agentes de deterioro que habitualmente encontramos en todo material almacenado: temperatura y humedad relativa extremas, polución, hongos y debemos agregar abrasión y campos magnéticos.

Temperatura y humedad relativa: La norma ISO 18923:2000 determina que que las condiciones aceptables son 20ºC de temperatura pero nunca debajo de 8ºC, 20-30% de humedad relativa. En un mismo día sin embargo, las variaciones no podrán ser mayores o menores a 2ºC en cuanto a la temperatura ni una diferencia mayor a 5% en lo que respecta a la humedad.

 

La Association of Moving Images Archivists (AMIA) nos recuerda que la temperatura y humedad relativa están relacionadas, por lo que cada institución deberá adaptar como mejor pueda éstos parámetros. Para ambientes con humedad relativa entre 20% y 40% recomiendan no exceder en ningún caso los 15ºC. Para alcanzar 50% de humedad relativa recomiendan temperaturas de 10ºC.

 

Si la humedad hace que agua se acumule en la superficie (punto de condensación) muy probablemente la cinta en cuestión se verá afectada, pudiendo desarrollar síndrome pegajoso. Lo mismo puede pasar si una cinta almacenada en un ambiente frío no tiene al menos seis horas de aclimatación antes de su uso, que está recomendado en ambientes de una temperatura entre 18ºC y 25ªC y una humedad relativa siempre inferior al 65% y con aparatos de reproducción que funcionen en forma calibrada y con cabezales limpios.

 

Campos magnéticos: Según Rotaeche (s/f) la información en un soporte analógico o digital se encuentra localizada en la capa magnética, concretamente en los pigmentos magnéticos. Éstos se organizan en patrones particulares que generan información. Por lo tanto, los campos magnéticos pueden actuar como agentes de deterioro al reorientar las partículas metálicas, provocando la pérdida parcial de información. Se debe cuidar de no dejar equipamiento como aires acondicionados, altavoces, reproductores e incluso computadoras cerca de las cintas almacenadas.

Abrasión: El uso reiterado de una cinta llegará a afectar su integridad especialmente si se utilizan equipos que no han sido mantenidos en forma constante. Dependiendo si la abrasión afecta solo al fijador o a alguna capa más cercana al plástico, el daño será mayor o menor.

Hongos: Cualquier superficie es propensa al crecimiento de hongos si las condiciones de almacenamiento no son las correctas.

 

Comienzan depositándose en el borde exterior y a medida que la colonia crece va pasando al interior de la bobina. Se encuentra solución con un paño embebido en alcohol colocado al paso de la cinta pero siempre será una operación riesgosa además de consumir bastante tiempo ya que hay que desarmar la carcasa para acceder a su interior.

El VHS presenta también problemas de pérdida de información cuando la cinta no se ha rebobinado hasta su principio, debido a que las zonas que permanecen en contacto con la carcasa plástica acaban perdiendo parte de las partículas magnéticas que contienen la información.

El rebobinado puede dar problemas de obstrucción en los cabezales del vídeo reproductor que, como indicamos antes, serán cada vez más dificultoso de conseguir sus partes para reparar.

Si una obra de arte se encuentra almacenada en este tipo de cinta, es aconsejable migrar su contenido a otro tipo de formato pues el riesgo de pérdida de información (ya sea visual o de sonido) es muy alta. Podría suceder, sin embargo, que el artista haya elegido este medio como parte del mensaje de su obra. Quedará a definir el criterio a utilizar en ese caso, pero si no tenemos esa limitante es importante destacar la premura con que se debería tratar cualquier información contenida hoy en un VHS.

 

Lepisma saccharina también conocido como Pececillo de plata es una especie de insecto de orden Tisanuro (gr. Tysanos =borde, oura =cola) de la familia Lepismatidae. Son muy antiguos y existen restos fósiles con más de 400 millones de años de antigüedad. Son considerados los insectos de rasgos más primitivos. Los individuos adultos pueden alcanzar hasta 15 o 20mm de longitud. Son ápteros (no poseen alas) y su cuerpo es alargado y generalmente escamoso. Los tegumentos corporales son blandos y de colores que van del blanquecino al plateado, de ahí reciben su nombre de pececillos de plata. Presentan largas antenas filiformes y anilladas; grandes ojos compuestos; piezas bucales masticadores y patas cortas y veloces.

Figuras 5 y 6: Lepisma saccharina

Para su reproducción, el macho produce un espermatóforo que adhiere a través de un hilo a algún objeto y conduce a la hembra a su encuentro mediante maniobras de cortejo. La hembra recoge el espermatóforo y se produce la fecundación. Su desarrollo depende de la temperatura del ambiente, resultando imposible su reproducción en ambientes fríos y secos. Con temperaturas entre 25 y 30°C la hembra puede depositar alrededor de cien huevos y elige para ellos hendiduras y grietas finas. Los lepismas no experimentan metamorfosis. De los huevos salen las larvas (ninfas) idénticas a los adultos pero muy pequeñas. En los primeros estadíos son blanquecinas y cambian de color muda tras muda, alcanzando su característico brillo metálico en la adultez.

 

En condiciones favorables su ciclo de desarrollo concluye en cuatro meses pero podría requerir hasta tres años para alcanzar la adultez en ambientes desfavorables. Viven de dos a ocho años, entre los cuales pueden mudar hasta ocho veces. Es muy hábil aunque frágil y delicado.

El pececillo de plata es un insecto con hábitos nocturnos debido a su fuerte fototaxia negativa (huye de la luz), lo que dificulta su observación. Vive en lugares húmedos, oscuros y cálidos. Se alimenta sobretodo de almidones, azúcares y otros polisacáridos aunque su dieta puede incluir además algodón, seda natural, lino, cabello, caspa, restos de piel humana, restos orgánicos, silicona e insectos muertos. Es uno de los pocos animales que pueden alimentarse de papel ya que producen celulasa, una enzima capaz de digerir la celulosa. En condiciones muy desfavorables son capaces de sobrevivir alimentándose de su propia muda.

 

El pececillo de plata es inofensivo e inocuo para la salud humana ya que no pica ni transmite enfermedades o contamina la comida. Sin embargo es considerado como una de las plagas más frecuentes en archivos y bibliotecas. Su variada dieta, los sitios protegidos que habita y su capacidad de interrumpir su actividad durante meses sin sufrir graves daños convierten al pececillo de plata en una especie difícil de combatir. Uno de sus depredadores naturales es el insecto conocido como tijereta pero raramente se encuentra en interiores.

 

¿Entonces?

 

Buscamos en la bibliografía especializada pero no pudimos encontrar antecedentes de algún caso en de cintas de VHS. Los pececillos de plata suelen encontrarse en colecciones con objetos de papel, textiles o en ambientes con alta humedad o suciedad.

 

¿En qué podrían estar interesados los pececillos de plata? ¿Qué encontraban dentro de nuestros VHS que los hacía quedarse?

 

Las siguientes son las conclusiones a las que arribamos:

 

Sabemos que mantener sin pececillos de plata una colección o nuestra casa sin ir más lejos es una tarea prácticamente imposible, tienen una capacidad enorme para adaptarse a los ambientes, aun cuando éstos sean desfavorables.

Hábitat. Como sufren de fototaxia negativa (huyen de la luz) el interior de la cinta se convierte en un ambiente ideal que les otorga tanto oscuridad como seguridad. Supimos que en algún momento hubo un incendio cercano al lugar de donde provenían; podía ser entonces que el hollín que se desprendió les proveyó de alimento por un tiempo y se establecieron luego dentro de las cintas.

Alimento. La dieta de estos insectos incluye almidones, celulosa, seda, restos orgánicos, silicona y hasta de la propia muda. Se alimentan de cualquier tipo de suciedad orgánica. Las cajas de los VHS no eran plásticas sino de cartón. Quizás se vieron atraídos por la celulosa del cartón y se refugiaron dentro de las cintas. Estos insectos poseen una enzima que los habilita a digerir celulosa. También podría ser factible que sobrevivieran comiendo el aglutinante de las cintas (siliconas en algunos casos) y sus propias mudas como vimos en la descripción anterior.

 

Reproducción: Como sabemos ahora, las hembras depositan los huevos en grietas, que abundan en el interior de una cinta.       

 

Con toda esta información, retomamos la cuarentena. Los deterioros encontrados no hicieron más que corroborar la presencia de ese insecto.

Figura 6. Muda                                                         Figura 7. Excrementos en la parte interna de la tapa

Figura 8: Cartón comido                                                                           Figura 9: Post-it comido

Se resolvió entonces, revisar carcasa por carcasa para identificar a los VHS potencialmente infestados. Pero nos encontramos con que este soporte presentaba dificultades particulares: la carcasa está cerrada y para acceder a su interior e inspeccionar la cinta había dos caminos posibles: abrir los 6 diminutos tornillos de cada uno de los 150 videos (un total de 900 tornillos) o destrabar en su costado una palanquita que permite observar directamente la cinta que va sobre el cabezal, aunque no todo el interior. Elegimos la segunda opción y además la observación –sin acceso al interior- por las dos ventanas transparentes que permite ver parcialmente la cinta enrollada.

 

Al golpear la carcasa pudimos detectar la presencia de algún tipo de residuo. Solo un 10% del total de los videos presentó restos de insectos ya sea por sus excrementos o mudas y quedaron separados para ser analizados en forma pormenorizada.  

 

Con el  90% restante en cuarentena que no presentaban a simple vista rastros de contaminación se analizó el curso de acción a tomar considerando que era imprescindible la identificación de su contenido.

Figuras 10 y 11: Restos de mudas y excrementos en el interior de las cajas originales de cartón.

Trabajando siempre en el exterior del edificio para evitar cualquier tipo de contaminación, se los clasificó entre los que presentaban identificación de su contenido y los que no, para luego confeccionar un inventario preliminar.

Allí se descartaron los repetidos y aquellos que no tenían ninguna vinculación con la institución.

Figura 12 Clasificación                                                        Figura 13: Inventario

Luego de tres semanas de cuarentena se aplicó el mismo procedimiento mecánico en cada video para comprobar que no existieran vestigios no observados anteriormente. De a grupos se fueron guardando en bolsas tipo ziploc y de a poco fueron saliendo de la cuarentena ingresando a una sala donde se visualizaban por medio de un reproductor de VHS y televisor.

Figura 15: 2° cuarentena                                        

    Figura 14: Televisor y reproductor de VHS                        

De esta manera, se relevó otro tipo de deterioro no menos importante: sonido e imagen y además se relevó su contenido. Para cada video se completó la siguiente ficha técnica modelo:

Se solicitó ayuda a diversos departamentos de la Universidad para colaborar con la descripción de las imágenes, principalmente por la fecha, tipo de evento y personas involucradas.

Una vez identificados los videos que tenían valor, se realizó una lista de prioridades según su contenido. Para su digitalización se utilizaron los equipos propios de la institución esto es, islas de edición con placa capturadora de video con alta resolución marca Black Magic que utiliza el software Adobe Premier CS6 brindando varios formatos de salida. En nuestro caso utilizamos AVI que no tiene compresión.

Al final de este proceso, que aún está en curso, los VHS serán conservados en un depósito con temperatura y humedad controladas. Se utilizaron DVD Archival Gold, realizando backups en dos computadoras ubicadas en distintos edificios.

Sabemos sobre la importancia del derecho de autor y la privacidad en los medios audiovisuales. Pero dado que, los videos fueron filmados en un marco institucional tanto las defensas de tesis como los actos académicos y clases magistrales tienen un copyright de la Universidad.

 

 

 

Bibliografía

 

http://canada.pch.gc.ca/eng/1456346639290

 

  • Zoología Aplicada – Francisco Padilla Álvarez, Antonio E. Cuesta López – Ediciones Díaz de Santos – Madrid 2003 – ISBN 84-7978-588-8

 

 

 

  • Combatiendo las plagas del patrimonio cultural - Tom Strang y Rika Kigawa © Canadian Conservation Institute (2009) Canada (English and French editions) (ediciónes en inglés y francés) © ICCROM (2009) (edición en español)

 

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