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SALON ROSADO - PRIMERA PARTE

 

La intervención del Lucernario del Salón Rosado en el Honorable Senado de la Nación    

Por María Soledad Castro

 

Maria Soledad Castro

 

Estudió la carrera de artes visuales en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. Desde el comienzo, año 2000, su labor ha discurrido entre la construcción y la restauración.

Se especializó en pintura sobre vidrio en el Instituto Superior de la fundación Catedral de La Plata.

Estudió conservación y restauración de vitrales en forma personal, participando de cursos y talleres tanto en Argentina como en España, enriquecida con la práctica permanente.

Desde el año 2007 coordina equipos multidisciplinarios de intervención de vitrales en edificios históricos. Integrante de COLMENA, Empresa dedicada a la Conservación y Restauración de Obras de Arte y Bienes Culturales desde 2017.

Actualmente Coordinadora general del Equipo de restauración dentro del “Departamento de Conservación, Restauración y Talleres del Senado” en el Congreso de la Nación.

Forma parte del equipo de investigación dedicándose especialmente al estudio de vitrales y coordina el “Programa de monitoreo y conservación preventiva”, ambas tareas dentro del Senado de la Nación.

Asesora técnica en estudios de conservación de conjuntos de vitrales con valor patrimonial. Desde el 2004 se desempeña como docente en su taller particular.

                                                                             Contacto : castromariasoledad@gmail.com

La luz en el Palacio del Congreso de la Nación Argentina, significa un capítulo especial e importante en el estudio del edificio y del Conjunto de vitrales, al que no es posible entender  si no se piensa y se estudia el lugar que le ha conferido a la luz natural el Arquitecto Director Vittorio Meano en el proyecto original. 

La investigación y estudio del Conjunto de vitrales no se circunscribe al objeto en sí,  ni se agota allí, sobrepasa los límites materiales para enlazarse con otros temas. El manejo de la entrada de luz, los volúmenes generados, las proyecciones de las sombras, las mutaciones del objeto y del espacio, las degradaciones y como ellas inciden en los conceptos y tantas otras.  El objeto entonces es desmembrado conceptualmente para poder comprender sus motivos, su factura y su función. Este estudio del objeto desarticulado es solo para una mejor comprensión y es un juego permanente entre la construcción y el desarme en sus partes para aprehenderlo.

En esta búsqueda de aprehensión del objeto, de entendimiento del conjunto es que aparece otra mirada ya no solo de los vitrales concretamente, con todas sus implicancias iconográficas, iconológicas y ornamentales. Esa instancia superadora tiene que ver con la sospecha de una idea construida, con una concepción que subyace a la forma y que tiene que ver con un hilo conductor, la idea.  

Si despojáramos al Palacio de todo su ornato; si pudiéramos quedarnos con los grandes volúmenes, si pensamos en la disposición de los salones y en su función o en los recorridos a los que nos invita el edificio y finalmente en cómo fueron ubicadas las entradas de luz natural, podríamos intuir una intención que está dándole la mano a una idea respecto a la LUZ. Meano le dedica especial interés y atención a este tema, de esto dan fe sus cartas corrigiendo el proyecto ganador del Concurso para la construcción del Palacio en 1901, uno de los pocos documentos escritos dejados por el arquitecto.

Al entender y estudiar esta luz nos dice que es primera, es original y originaria. No es forma pero la da, moldea los volúmenes y construye las proyecciones de las sombras, colaborando con la construcción de los espacios interiores que caracterizan al edificio.  Nos habla de una idea de luz natural vertical sobre planos horizontales como resolución, en la mayoría de los salones importantes del Palacio. Estos, por su disposición carecen de contacto con el exterior, probablemente esto haya originado la necesidad de que las entradas de luz natural estuvieran en los techos, utilizando a los lucernarios como “trampas puestas al sol” en los ejes primarios.

 

Hacer visible su existencia le confiere un lugar a su cuidado. Esta aproximación nos da un marco inicial para la comprensión del conjunto y para poner en evidencia una idea de concepción lumínica que debiera regir los  movimientos con respecto al cuidado de las entradas de luz del Palacio que incluyen además los vitrales y sus protecciones vidriadas. La seriedad del abordaje que llevemos adelante, determinará el tipo de custodia que le estaremos brindando. Darle un lugar a la luz natural ha sido parte importante de las intervenciones que se vienen desarrollando en el Conjunto en los últimos años, ya que primero es la luz, en su carácter de modulador de los espacios, anterior a los vitrales.

 

 

En el año 2018 se llevó a cabo la intervención de los vitrales pertenecientes al Lucernario del Salón Rosado o Salón Eva Perón en el Honorable Senado de la Nación. Lo interesante de esta intervención fue el rescate de un lucernario olvidado durante casi 6 décadas. Y es en este punto en donde una mirada amplificada del objeto que incluye en este caso a la luz y su uso  le confiere a la restauración un carácter que supera a la materialidad. 

Para quienes habitan el Palacio, allí en el remate de la doble altura del Salón de reuniones, antesala del Recinto el Senado, no existía un vitral. Y era comprensible ya que sin luz su existencia pierde razón. 

Calle Combate de los Pozos

Calle Entre Ríos

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Planta del 1° piso del Palacio. Ubicación del Salón Rosado

Este salón de planta rectangular, ubicado en el primer piso del Palacio, era llamado en el proyecto del Arquitecto Director, “antecámara”, ya que linda con el Recinto. Su función era de sala para reuniones de los senadores previa o posterior a las sesiones. El espacio en el proyecto y al momento de su inauguración en 1906, estaba iluminado  por luz natural mediante un lucernario formado por una modulación de  5 casetones y por luz artificial mediante tres arañas de bronce  con caireles y tulipas.

 Se establecieron los límites de la intervención, respetando y preservando todos los valores de la obra. Valores que incluyeron tantos los originales como los adquiridos con el paso del tiempo. En el caso de nuestro objeto fueron incluidos en la intervención, el vidrio, las capas pictóricas, la red de plomo, las estructuras metálicas de sujeción, las portantes. Y la LUZ. Y aunque las mutaciones del edifico provocaron el cegamiento del Lucernario y son parte de su historia, en este caso su negación modifica sustancialmente al Salón conceptualmente.

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El Lucernario del Salón Rosado está formado por 5 módulos, a los que llamaremos casetones, con 44 paños cada uno, que acompañan la forma rectangular del mismo. Son un total de 220 paños  construidos con la técnica tradicional del vitral, vidrio emplomado. Presenta paños con y sin capa pictórica. 

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Casetón Herrería 

Casetón  Herrería con paños

Los casetones presentan cinco tipologías de paño que se repiten construyendo el diseño. Tres de las cinco tipologías presentan ornamento aplicado a través de capa pictórica horneada. Esta, guarda relación con las del resto de los vitrales del Palacio. Elementos ornamentales de tipo fitomorfos. Perfilado de grisalla marrón, aguadas y cubiertas a lo que se suman esmaltes amarillo, azul y rubí. Todos los paños alojados en perfilería de hierro.

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 4 cuadrados de esquina por casetón. Paño con capa pictórica.

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16 cuadrados de lateral por casetón. Paños sin capa pictórica.

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8 paños de círculo por casetón. Paño sin capa pictórica.

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 8 gajos de flor por casetón. Paños con capa pictórica

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8 esquineros por casetón. Paño con capa pictórica.

Por encima del vitral, se encuentra construido el 4° piso, dos baños y dos cocinas. Por tal motivo había perdido su función original de tamiz de la luz natural vertical. Entre la construcción y los vitrales se disponen cañerías pertenecientes a dichas dependencias.

A partir de un examen visual preliminar y un relevamiento fotográfico, realizado antes de la desinstalación y luego en mesa de luz, se volcaron los deterioros en croquis representativos de los módulos que conforman el Lucenario.  Esto permitió evaluar el  estado del mismo permitiendo establecer los criterios y procedimientos definitivos que se propusieron. De esta evaluación se desprendieron  las patologías e indicadores de deterioro que presentaban. A través de esa propuesta inicial se acordó un léxico técnico indispensable para la comprensión del trabajo y de los futuros  informes y  favorecer el diálogo entre los intervinientes.   

Las patologías más importantes observadas en los vitrales del Lucernario:

 

  • Depósito de suciedad. Depósito de partículas volátiles, residuo oleoso, pintura de la herrería, producto de las condiciones a las que ha estado sometido  impidiendo ver el color de los vidrios y el tratamiento pictórico. Las pruebas de limpieza determinaron que en la totalidad de los paños era la presencia de polvo, lo que destacaba, removible en gran medida con un procedimiento en seco.

  • Oxidación depositada sobre el vidrio. Producto de las mallas metálicas de protección que tenía cada paño soldada a la estructura de plomo y por presuntas pérdidas en caños que se encuentran por encima del vitral.

  • Fracturas de teselas  de vidrios  con y sin capa pictórica, con y sin pérdida de material. Los paños presentaban múltiples fracturas especialmente en guardas perimetrales producto en muchos casos de lo ajustados que entraban los paños en la estructura portante ya que todos presentaban una malla de protección metálica que aumentaba algunos mm. las dimensiones de los paños. Especialmente esto sucede en esquineros.

  • Plomos de fractura y ciegos como reparación de fracturas en vidrio. Consiste en unir dos o más fragmentos de vidrio fracturado con plomo encastrándolos en él. El objetivo es transformar la fractura en dos (o más) vidrios individuales, tantos como intervengan en la rotura. El plomo sigue la línea de la fractura causando, en muchos casos, una interrupción en el diseño original. Para realizar este tipo de reparaciones es necesario comer mm. de vidrio para que deje lugar al alma del plomo que unirá las nuevas teselas, haciendo de esta intervención algo irreversible. Otra forma muy utilizada de reparación de fracturas son los llamados plomos ciegos. En este tipo de reparaciones se utiliza parte de la varilla de plomo (alas del plomo) apoyada sobre la fractura de manera tal que la tapa, pero no la repara. Visualmente parece un plomo de fractura pero solo en apariencia. Esta es sólo una resolución estética pero no resuelve el problema estructural, que es indispensable subsanar.

  • Luces en teselas. Por ser más pequeñas de lo necesario provocando en algunos casos descalce de vidrio.  

  • Pérdida importante de capa pictórica. Patología recurrente en los vitrales del Palacio. Se observaba una importantísima pérdida de esmaltes.  Son ellos los que le dan color al vitral. Se encontraron restos de amarillo, azul y rubí. Se conservó en mayor medida el tratamiento de grisallas (pinturas vitrificables que trabajan por obstrucción de la luz. Se utilizan como línea o como veladuras generando los volúmenes). Si bien tienen como soporte al vidrio, presentan problemas de deterioro propios. Los problemas que se visualizaban son desprendimiento o pérdidas parciales.

  • Intervenciones no integradas. Las teselas de vidrio no integradas por su tratamiento pictórico o por los vidrios utilizados como reemplazo. Estas intervenciones son evaluadas en el contexto en donde están inmersas, su interrelación con las originales y la técnica pictórica en el caso de presentarla. Las intervenciones no integradas que se visualizaban son de dos tipos: En vidrios con capa pictórica, no integradas por su tratamiento pictórico. En vidrios sin capa pictórica, no integrados por ser muy distintos a los originales, en color, grado de transparencia o textura. El vitral presentaba distintas intervenciones en vidrios con y sin capa pictórica, siendo los materiales utilizados para su ejecución y el gesto pictórico lo que las distingue. Es el gesto de la pincelada  o el tratamiento de las veladuras lo que se evalúa y el estado en el que se encuentra.  

  • Deterioro de la red estructural (plomo). Múltiples puntos rotos de soldadura. Perdida de fortaleza de paños. Las varillas de plomo, que son el soporte y agarre de los vidrios, también son susceptibles al deterioro.  La degradación de la red de plomo parecía tener  que ver con la fatiga mecánica y con la falta de mantenimiento. Se observaban múltiples fracturas en puntos de soldadura. Estas fracturas además, debilitan a los paños provocando abombamientos y pérdida de fortaleza. En este caso los plomos perimetrales que normalmente se encuentra muy deteriorados por depósito de sales, en líneas generales se encontraban en buen estado.

Intervenciones realizadas:

LIMPIEZA: Se ha realizado una limpieza en seco con cepillos de cerda suave en toda la superficie, haciendo hincapié en bordes y laterales del plomo. Limpieza con solución de  H2O + Alcohol (50/50) aplicada con aspersor y removida con algodón. Manchas de pintura removida en forma mecánica. Limpieza de depósito de óxido. Primero en seco y luego con solución H2O + Alcohol (50/50) aplicada con aspersor y removida con algodón. Final de la limpieza con algodón seco. 

Fundamentación: El principal objetivo de la limpieza es la conservación y preservación del bien cultural. En este sentido la limpieza debe ir encaminada a la eliminación de todos aquellos productos ajenos al soporte y  que son capaces de generar un daño o impedir el reconocimiento del objeto. A su vez, la limpieza facilita la preparación del soporte para posteriores tratamientos de consolidación, cuando éstos sean necesarios. A través de las pruebas de limpieza se verificó la solidez de la capa pictórica existente.  Es decir la pintura que se encontraba debilitada ya se ha perdido.

TRAMIENTO DE FRACTURAS: Se dejaron los plomos de fractura existentes si no dificultaban la lectura y acompañaban al diseño y algunos fueron rectificados. Se pegaron fracturas limpias y sin pérdida de material en vidrios originales con pegamento con curado UVE, adhesivo monocomponente de viscosidad media diseñado para aplicaciones de pegado con vidrio. Es un pegamento reversible con un solvente orgánico. Solo en pequeñas fracturas. Se utilizó este pegamento ante la falta de una alternativa mejor en el momento de la intervención. En teselas con pérdida de material o cuando se trató de una pieza de grandes dimensiones que potencialmente significaba peligro para quienes transitan por debajo del luecernario,  se utilizó plomo de fractura como lo han hecho en intervenciones precedentes para conservar lo que aún queda de vidrio original y en casos extremos se cambió la tesela completa.

Fundamentación: Todas las fracturas con pérdida de material imposibilitan el valor funcional de cerramiento. Y son el primer paso para el deterioro de los paños. Por este motivo es importante que queden reparadas, transformándose en nuevas piezas encastradas a través de los plomos de  fractura o con un pegamento que garantice un pegado estable, que deberá ser monitoreado regularmente.  

 

TRATAMIENTO DE LOS REINTEGROS: Se han conservado intervenciones precedentes sin capa pictórica aun cuando la coloración o textura de los vidrios difiere del original por funcionar en el conjunto dejando registro de paños intervenidos en otro momento. Algunas teselas con capa pictórica, por el deterioro general de las capas de pintura, no podemos indicar si son reposiciones precedentes u originales. De cualquier manera, de ser reposiciones precedentes se encuentran integradas al conjunto y se conservaron sin mayor análisis. Las reposiciones no integradas han sido reemplazadas por vidrios con o sin capa pictórica, según correspondía. Utilizando como vidrios de reemplazo los aprobados por la inspección y siendo marcadas con el año de la intervención.

Fundamentación: Aquellas tipologías que se consideran integradas cumplen con la estética exigida por el conjunto y se decide dejarlas bajo el criterio de respetar el valor histórico de estas intervenciones precedentes.  Las reposiciones no integradas no cumplen con el valor estético. El vidrio posee tres características visuales principales: textura, color y transparencia. Para los remplazos las reposiciones cumplirán al menos con dos de las tres características mencionadas y serán grabadas con el año de la intervención. Cumpliendo con dos de las tres características, aseguramos la integración con la totalidad del vitral y su clara identificación.

TRATAMIENTO DE LA RED ESTRUCTURAL. Una vez desmontados los paños ha sido consolidada la estructura debilitada, reemplomando solo aquellos sectores que se encontraban muy debilitados. Han sido reemplazados  plomos perimetrales cuando este se encontraba en mal estado y no cumplía su función estructural. Se han revisado puntos rotos de soldadura y fracturas. Se quitaron las mallas de protección soldadas a la red estructural.

Fundamentación: Es muy importante cuidar la estructura de los paños de vitral ya que es la garantía de sostén de los vidrios. El objetivo del reemplomado parcial o total es consolidar al paño recuperándolo estructuralmente.

 

ILUMINACIÓN: Se realizaron pruebas de luz artificial que permitirían acercarse a la luz día. Tarea compleja ya que la cámara por encima del vitral es pequeña y es atravesada por caños de los baños y las cocinas. Aun así se consiguió la temperatura  e intensidad que sumada a algunas sombras generan el efecto buscado. Se colocaron 4 reflectores de 150 W 4500°K, posicionados hacia arriba a 45° en cada casetón. 

Fundamentación: La luz como elemento participante en la funcionalidad del vitral es claramente entendida. Su falta impacta directamente en la razón de ser del objeto. 

 

 

 

Contratista: CONSULPER S.A

Representante Técnico: Arq. Elsa Iriarte / Asesor en restauración: Arq. Alberto Leonforte

Responsable Técnico en Restauración: Lic. en Conservación y Restauración de Bienes Culturales

Graciela Berrotarán

www.colmena.com.ar    

 

Restauración integral: COLMENA / EQUIPO VITRAL

Dirección de equipo: Vitralista María Soledad Castro

 

Intervención general: María Soledad Castro, Laura Rodríguez. María Villareal, Camilo García Felce,  Malena García Felce.

Pintura: María Soledad Castro, María Catalina Cabo de Vila, Diana D'Alessandro. 

Colaboración: Bárbara Karakachoff, Verónica Cola, Florentina Spiazzi, Solfia Gutierrez, Gabriela Gau.

Documentación e informes: Agustin Ghizzo. María Soledad Castro.

Fotografía: Daniela Samponi, María Soledad Castro.

 

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