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LA MÚSICA EN LA BIBLIOTECA HISTÓRICA FRAY ABRAHAM ARGAÑARAZ Del Convento San Francisco de Buenos Aires

Patricia Alejandra Russo

Presentado en el

IV ENCUENTRO NACIONAL DE INSTITUCIONES CON FONDOS ANTIGUOS Y RAROS

Gestión del Patrimonio bibliográfico y documental en bibliotecas, archivos y museos
25 y 26 de setiembre 2017
Biblioteca Nacional Mariano Moreno
Buenos Aires - Argentina

Autora: Patricia Alejandra Russo


Institución: Biblioteca Histórica Fray Abraham Argañaraz del Convento San Francisco de Buenos Aires


Cargo: Bibliotecaria-Conservadora


Dirección: Alsina 380 CABA
 

Resumen del trabajo


La Provincia Franciscana de la Ssma. Virgen de la Asunción del Río de la Plataconserva, en sus bibliotecas y archivos, importantes colecciones de partituras y de papeles de música, sagrada y profana; libros franciscanos de canto litúrgico manuscritose impresos de la Buenos Aires colonial y manuales de uso y de instrucción teórico-
práctica sobre el canto llano y la música en general.

 

Los diferentes criterios para discernir y clasificar la música sagrada de la profana, el uso del latín en la antigua
liturgia y las instrucciones dadas por los diferentes documentos pontificios a lo largo dela historia de la música religiosa, fueron las fuentes que impulsaron las adquisiciones que forman parte de las colecciones de las diferentes bibliotecas franciscanas.

 

Desde hace unos años se comenzó a poner en valor estas importantes piezas documentales que cuentan el quehacer musical, no solo durante la época de la colonia, sino también, durante el siglo XX con una intensa actividad a través de conciertos organizados por las iglesias y los conventos de la Orden de Frailes Menores.

 

Se hará un breve recorrido por esta riqueza, quizá única en nuestro país.

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Introducción

San Francisco de Asís, según cuentan sus biógrafos, cantaba mientras recorría las calles de su ciudad entonando las baladas de los trovadores y al retirarse del mundo para desposarse con la Madonna Povertá, no deja de cantar, sino que sus labios entonarán cánticos divinos (Provincia de la Asunción del Río de La Plata, 1926).

Cuenta San Buenaventura, en la Leyenda Mayor 1, la cual es una de las fuentes biográficas sobre San Francisco, que “...abrumado su cuerpo por la presencia de tantas enfermedades, sintió vivos deseos de oír los acordes de algún instrumento músico para alegrar su espíritu...he aquí que acudieron los ángeles a brindarle este obsequio...[con] el sonido de una cítara de admirable armonía y melodía suavísima” (Guerra, 2003).

Si bien, San Francisco no dejó escrita ninguna partitura musical, tuvo una gran inclinación por la música.

 

Por ello, desde los orígenes de la Orden de los Menores, se cultivó la música y se cantó el oficio divino, como lo confirma el Capítulo General celebrado en Asís en el año 1230 al establecer que se manden a todas las Provincias Franciscanas, Breviarios y Antifonarios. (Provincia de la Asunción del Río de La Plata, 1926).

Por esta razón “...se practicó en la Orden Franciscana el canto desde su nacimiento, y debido a esta práctica es que tuvo origen la composición musical de trozos o piezas para ser ejecutadas en las distintas funciones del culto, y de tratados para la formación de los jóvenes”(Provincia de la Asunción del Río de La Plata, 1926), como la Segunda parte de la Escuela Música que contiene cuatro libros / compuesto por Fray Pablo Nassarre, Organista en el Real Convento de San Francisco de Zaragoza, editado en el año 1723.

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Segunda parte de la Escuela Música  que contiene cuatro libros compuesto por Fray Pablo Nassarre,

Organista en el Real Convento de San Francisco de Zaragoza,  del año 1723.

En un artículo publicado en el Álbum Centenario Franciscano, para conmemorar el séptimo centenario del nacimiento de San Francisco, Fray Francisco C. Sviammarello, presenta una larga lista incompleta de 52 músicos franciscanos, de la cual, tomo tres a modo de ejemplos:

1) la “Analecta Franciscana 2 hace mención de un célebre músico del siglo XIII en los siguientes términos: En la Provincia de Francia en París, yace Fray Julián Theotonico, varón de santidad admirable, quien hizo las historias de los bienaventurados Francisco y Antonio, poniendo enmúsica los oficios de dichos santos (?) excepción hecha de algunas antífonas del Magnífica y el responsorio carnisspicam.

 

Este antes de ingresar a la orden, fué maestro de canto en el aula del rey de los francos. (Anal. franc. P. 308, tomo IV).”

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2) “Dardelo de Mántua, siglo XV y XVI, fabricaba violas y laudes, en lo que fue una notabilidad. Un laúd de los más célebres de los que salieron de sus manos, fue el destinado a los duques de Mántua y que en 1807 aun poseía el pintor Richar de Lyon.”


3) “P. Hartmann Von An Der Lan Hochbrunn; nació en Salurno del Trentino el 21 de diciembre de 1863, murió el 6 de diciembre de 1914.

 

Estudió con el P. Pedro Singer. El P. Hartmann ha sido uno de los más grandes músicos contemporáneos, habiendo escrito: Misas, Motetes, sinfonías y 7 oratorios: Sanctus Petrus; San Francisco; La Cena del Señor; las siete palabras de Cristo; La Muerte de Cristo; Te Deu y un Requiem a 4 voces solas, obras todas de colosal inspiración en las que se descubre el gigante del arte y el genio creador.”

Por consiguiente, se comprenderá porqué en la Provincia Franciscana de la Ssma. Virgen de la Asunción del Río de la Plata, se conservan en sus bibliotecas y archivos importantes colecciones de partituras y de papeles de música, sagrada y profana; libros llamados “Cantorales” o “Libros de coro” de origen español, probablemente de
comienzos del siglo XVIII 3 ,que son manuscritos sobre pergamino encuadernados en madera forradas en cuero y otros copiados sobre papel en las Escuelas de Propaganda Fide de Tarija, Bolivia, con los que se cantaba el Oficio y la Misa durante la Buenos Aires colonial; y manuales de uso y de instrucción teórico-práctica sobre el canto llano y la música en general.

Música sagrada-Música profana


En el Motu Proprio “Tra le sollecitudini” del año 1903, el pontífice Pío X, da los siguientes principios generales acerca de la música sagrada:


“l. Como parte integrante de la liturgia solemne, la música sagrada tiende a su mismo fin, el cual consiste en la gloria de Dios y la santificación y edificación de los fieles...


2. Por consiguiente, la música sagrada debe tener en grado eminente las cualidades propias de la liturgia, conviene a saber: la santidad y la bondad de las formas, de donde nace espontáneo otro carácter suyo: la universalidad.


Debe ser santa y, por lo tanto, excluir todo lo profano, y no sólo en sí misma, sino en el modo con que la interpreten los mismos cantantes.


Debe tener arte verdadero, porque no es posible de otro modo que tenga sobre el ánimo de quien la oye aquella virtud que se propone la Iglesia al admitir en su liturgia el arte de los sonidos.

 

Mas a la vez debe ser universal, en el sentido de que, aun concediéndose a toda nación que admita en sus composiciones religiosas aquellas formas particulares que constituyen el carácter específico de su propia música, éste debe estar de tal modo subordinado a los caracteres generales de la música sagrada, que ningún fiel procedente de otra nación experimente al oírla una impresión que no sea buena.”

Y establece como géneros de la música sagrada al canto gregoriano y a la polifonía clásica:
 

“que en el siglo XVI llegó a la meta de la perfección con las obras de Pedro Luis de Palestrina”,

 

Agrega en el punto 6:


que “Entre los varios géneros de la música moderna, el que aparece menos adecuado a las funciones del culto es el teatral...” “Por su misma naturaleza, este género ofrece la máxima oposición al canto gregoriano y a la polifonía clásica...”


En el 9, con respecto al texto litúrgico, dice:


que “...ha de cantarse como está en los libros, sin alteraciones o posposiciones de palabras, sin repeticiones indebidas, sin separar sílabas, y siempre con tal claridad que puedan entenderlo los fieles.”


En el punto 10, sobre las partes de la misa y el oficio, aclara que:


“Cada una de las partes... deben conservar musicalmente el concepto y la forma que la tradición eclesiástica les ha dado y se conservan bien expresadas en el canto gregoriano; diversa es, por consiguiente, la manera de componerse un introito, un gradual, una antífona, un salmo, un himno, un Gloria in excelsis, etc.”


Y en el punto 15, agrega lo siguiente:


“Si bien la música de la Iglesia es exclusivamente vocal, esto, no obstante, también se permite la música con acompañamiento de órgano. En algún caso particular, en los términos debidos y con los debidos miramientos, podrán asimismo admitirse otros instrumentos; pero no sin licencia especial del Ordinario, según prescripción del Caeremoniale episcoporum.”


Y para terminar de definir el significado de la música sagrada y de diferenciarla de la música profana, tomaré una expresión de un artículo del Dr. F. Bravo Paredes, titulado “Criterios para discernir la música sagrada de la profana”, que dice así:


“... la música será sagrada si toda se ordena a la alabanza de Dios y a la santificación de las almas; y será profana si de suyo se ordena a deleitar, entretener o entusiasmar a los oyentes, sin ponerlos en relación directa con la Divinidad” (Bravo Paredes, 1966).

Ejemplo de partitura 4 de música sacra:

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Misa Solemne a tres voces por el Mtro F. Andrevi

Ejemplos de papeles 5 de música profana:

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Rótulo “Música Profana” de una de las carpetas de papeles de música y, listado de obras profanas que contiene la carpeta.

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Sinfonía de Luisa Miller

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El uso del latín en la antigua liturgia

En el punto 7 del Motu Proprio 6,Pío X determina que:

“La lengua propia de la Iglesia romana es la latina, por lo cual está prohibido que en las solemnidades litúrgicas se cante cosa alguna en lengua vulgar, y mucho más que se canten en lengua vulgar las partes variables o comunes de la misa o el oficio.”

Y en La Flor de la Liturgia7, el padre Andrés Azcárate recuerda:

que “Los libros litúrgicos están escritos en la lengua oficial de la Iglesia, o sea en latín, que es, desde el siglo III o principios del IV, la única lengua litúrgica de todo el Occidente. Los pocos vocablos griegos (el “Kyrieeléison”, de la Misa y de las Letanías, y el trisagio “Agios o Theos” del Viernes Santo), y hebreos (“amen”, “alleluia”, “hosanna”, “sabaoth”), que todavía se emplean en la Liturgia romana, son restos de las primitivas lenguas litúrgicas...”

En cuanto a las Liturgias de Oriente, dice:

que “usan desde muy antiguo, según las regiones: el griego, el armenio, el sirio, el etíope y el eslavo, que son las lenguas vulgares de esos mismos pueblos”.

Los libros litúrgicos

El padre Azcárate, por entonces Abad de la Abadía de San Benito de Buenos Aires, en el Curso ilustrado de Liturgia para uso de Seminarios y Noviciados, en el capítulo dedicado a Los Libros y La Lengua Litúrgica expone lo siguiente:

“Los Libros Litúrgicos oficiales...[eran]...seis...: el Misal, el Breviario, el Ritual, el Pontifical, el Ceremonial de los Obispos y el Martirologio, los que se descomponen y completan con algunos extractos y suplementos”.

1- El Misal “...contiene las misas de todo el año y las rúbricas correspondientes. El primer Misal impreso apareció en Milán en 1474”. El Misal “...fue una joya, y religiosamente un relicario. La Iglesia lo besa, lo inciensa, lo lleva en procesión, como una cosa santa...”.

2- El “Breviario es sinónimo de compendio, resumen o compilación, y contiene el Oficio Divino que los clérigos constituidos en Órdenes mayores, y algunas religiosas están obligados a rezar diariamente en nombre de toda la Iglesia”.

3- El Ritual contiene “...las fórmulas oficiales, preces y ritos para la administración de los Sacramentos, para las bendiciones, procesiones y exorcismos de la Iglesia. Está compuesto con materiales del antiguo “Sacramentario” o Misal y del “Bendicionario”, y fue impreso por primera vez en 1614, por el Papa Urbano V...”.

4- El Pontifical contiene “...el texto y las rúbricas de ciertas funciones solemnes reservadas a los obispos, tales como: la Confirmación, la Ordenación de los clérigos, la Bendición de los abades, la Consagración episcopal, la Coronación de los reyes, la Dedicación de los templos, y otras que la Iglesia ha querido rodear de extraordinario aparato litúrgico. El Pontifical es fruto del vehemente deseo que bullía en la Edad Media de revestir de majestad los ritos sagrados y de santificar con ellos los actos y acontecimientos más trascendentales de la vida social y religiosa de los pueblos. Lo publicó, enmendado de corruptelas, Clemente VIII (1596), y luego lo reeditó, en 1752, Benedicto XIV...”.

5- “El Ceremonial de los Obispos: ...Las ceremonias descritas en este libro son las más grandiosas del culto católico y en las que el simbolismo litúrgico campea con toda su riqueza. Son ellas las que más fielmente nos ha transmitido la liturgia antigua...”.

6- El Martirologio: “En este libro están catalogados, por días y meses, los nombres de un gran número de Santos y Santas de la Iglesia, a quienes acompaña además un breve elogio de sus virtudes. Las primeras listas de Santos estaban formadas exclusivamente de mártires, de ahí que se les diese a los libros que las contenían el nombre de “Martirologios” ...El primer ensayo se le debe a San Jerónimo...”.

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Misales

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En los Misales se usan Portarregistros para señalar

Son: “Cintas o registros colocados en un cilindro llamado “alma”. El alma puede ser de madera... o un conjunto de hilos enroscados, u otras variantes, que se une a la cabeza del libro; las cintas pasan hasta sobresalir por el pie del libro, como un señalador, pero suelto, es decir, que puede ser usado por cualquier otro libro pues su confección fue independiente de él. También, suele ir cosida el alma al encabezamiento de la encuadernación...” (Russo, 2011).

Además, de los libros litúrgicos oficiales, están aquellos que se han conservado en los monasterios, conventos y catedrales, como los que se utilizaron en la Basílica de San Francisco. Estos grandes volúmenes separados son llamados: Gradual, Vesperal, Antifonario, Salterio, Responsorial, Himnario, Procesional, Leccionario, Epistolario y Evangeliario.

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Antifonario                                   Mesa con Antifonario del siglo XVIII y Breviario del siglo XVII

La biblioteca conserva casi en su totalidad los antiguos tomos de canto llano que sirvieron al culto durante la Buenos Aires colonial. Son libros del siglo XVIII de gran formato con tapas de madera cubiertas en cuero; los folios son de pergamino o de papel. Estos Antifonarios, Santorales, Oficios de Semana Santa, Feriales, Diurnales, entre otros, son bellos manuscritos iluminados. También los hay con textos aplicados con plantillas. Son los llamados libros de coro para cantar en la iglesia. Van apoyados sobre un atril grande llamado facistol. Los antiguos facistoles corales presentaban a veces primorosas labores en talla como el que aún se conserva en el Coro de la Basílica San Francisco y que fue construido en las misiones jesuíticas 8. Tienen generalmente cuatro caras para poner cuatro libros. A veces, estaban amarrados con cadenas a esos muebles para impedir que fuesen robados (Russo, 2011).

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Facistol del Coro de la Basílica San Francisco

El Inventario de Música

En el Archivo Histórico Provincial, entre los catálogos antiguos, existe un “Inventario de la Música Litúrgica del Convento de Bs. Aires” de 10 páginas. Está manuscrito con tinta ferrogalotánica. No tiene fecha, pero por el tipo de papel es de principios del siglo XX. Además, durante esa época hubo una importante actividad bibliotecológica y archivística en el Convento, que, como testimonio de ello, es la producción de inventarios y catálogos(Russo, Cultura impresa y prácticas bibliotecarias. Catálogos antiguos de la Biblioteca Histórica del Convento San Francisco de Buenos Aires , 2014).

 

El Inventario se divide en las siguientes secciones:

 

1) I° Misas a cuatro voces de Gloria

2) II° Misas a tres voces de Gloria

3) III° Misas a dos voces de Gloria

4) IV° Misas a una voz de Gloria

5) V° Misas de Requiem

6) VI° [Vísperas]

7) VII° [Letanías]

8) VIII° [Te Deum]

9) IX° Motetes al Santísimo Sacramento

10) X° Varios Cantos

11) XI° Canto Gregoriano

12) XII° Corales para facistol

13) Música Prohibida

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Ejemplos de las páginas del Inventario de Música

Un volumen del Catálogo sobre Música

Uno de los volúmenes del catálogo que está en la Biblioteca Histórica, con formato apaisado, de principios del siglo XX, de tarjetas encuadernadas e impresas posiblemente en la imprenta del Convento San Francisco de Buenos (Russo, Cultura impresa y prácticas bibliotecarias. Catálogos antiguos de la Biblioteca Histórica del Convento San Francisco de Buenos Aires , 2014) tiene como tema Sagrada Liturgia y contiene 111 asientos bibliográficos.

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Mueble contenedor de los catálogos con formato apaisado.    Volumen: Sagrada Liturgia

Entre estos asientos bibliográficos están las siguientes obras:

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Ceremonial, editado en Salamanca en el año 1753.

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Prochiron, editado en Roma en el año 1775.

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Breviarumromanum, editado en Denain en 1868.

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Método de Canto llano, editado en Rins Monfort en el año 1897.

Trabajo de conservación

Desde hace unos años se comenzó a poner en valor estas importantes piezas documentales que cuentan el quehacer musical, no solo durante la época de la colonia, sino también, durante el siglo XX con una intensa actividad a través de conciertos organizados por las iglesias y los conventos de la Orden de Frailes Menores.

 

Desde el año 2016 se toman pasantes, dos veces por semana, previa firma de Convenios, de la carrera de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad del Museo Social (UMSA), para la puesta en valor de las partituras del fondo antiguo franciscano de la Biblioteca Histórica Fray Abraham Argañaraz del Convento San Francisco de Buenos Aires.

El trabajo de conservación consiste en la limpieza mecánica de toda la colección de papeles de música, es decir, con pinceleta. Una vez limpios se los envuelve en friselina fina, pero antes se interfolia con papel alcalino las páginas que están muy deterioradas, siempre y cuando sea necesario.

 

Como las tapas de cartón que las contenían, confeccionadas durante el siglo XX por el antiguo fraile bibliotecario, están muy carcomidas por los insectos bibliófilos, se les corta las etiquetas y los sellos, dejando unos tres centímetros de margen alrededor, para conservarlas; luego, a bajorrelieve, se las inserta sobre las nuevas tapas que se hacen con Foam Board; el cierre de estas carpetas abiertas se realiza con cinta hilera para un correcto almacenamiento y conservación, dentro de la carpeta van las partituras, o los papeles de música, envueltos con friselina.

 

A los textos de música que tienen los cuadernillos unidos con grapas de metal se las saca, a causa de la oxidación, y en su lugar se les dan unas puntadas con hilo de algodón.

 

Las etiquetas se limpian con goma de silicona (esponja de maquillaje previamente lavada) o con goma negra Faber Castell PVC-free.

 

Como la goma es muy abrasiva, se pasa con mucha suavidad para sacar únicamente la suciedad más grave provocada por el paso del tiempo.

 

Se restauran, con papel japonés y metilcelulosa, las hojas y portadas que están muy deterioradas y rasgadas por el uso.

 

Además, se va armando una lista con los títulos de cada grupo que conforma cada carpeta.

 

También, se identifican los diferentes grabados de las portadas; las filigranas y los sellos de agua, de las hojas de los papeles de música impresos y de los manuscritos.

 

Se les sacan fotos digitales y se realizan trabajos de investigación.

 

Se deja todo registrado y documentado con anotaciones dentro de las nuevas carpetas.

 

Estos datos serán de gran utilidad para una futura catalogación de las partituras, papeles de música y libros litúrgicos, y para aquellos investigadores especialistas en filigranas y grabados.

 

Asimismo, se reconocen nombres, autores, iniciales y firmas para estudiar la actividad musical de cada época en el Convento San Francisco de Buenos Aires.

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Papeles de Música

Marianela, alumna de la UMSA, realizando su práctica profesional

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Rescatando los rótulos de las antiguas carpetas, contenedoras de los papeles de música.

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Marianela y Adriana, realizando su práctica profesional. Limpieza mecánica de los papeles de música yde las partituras.

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Los papeles de Música se envuelven en friselina, una vez limpios.

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Se preparan las carpetas con Foam Board y cinta hilera.

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Adriana y Marianela intercambiando opiniones sobre el trabajo de conservación, y Josefina durante la limpieza mecánica.

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Marianela restaurando de una de las portadas. Ante un error, se cocían las hojas, no se pegaban.

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Filigranas

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Sellos de agua: Ricordi 3 1898                                                        Iniciales del Director: MPM: Martín Martínez

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Detalle de un aguafuerte

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Maestro Martín Martínez (MPM)

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Técnica Litográfica

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Detalle de un broche de bronce

Concluyo estas generalidades sobre la música, en la Orden de los Frailes Menores en Buenos Aires, con estas poéticas palabras sobre San Francisco y la música:

"Ebrio de amor compasivo a Cristo, el bienaventurado Francisco exteriorizaba así sus sentimientos. La dulce melodía espiritual que bullía en su interior, la expresaba frecuentemente en francés, y el soplo del susurro divino que furtivamente percibía en su oído, estallaba en júbilo, manifestado en la misma lengua. A veces, cogía del suelo un palo; lo apoyaba en el brazo izquierdo y, tomando otro palo en su mano derecha, lo rasgueaba, a modo de arco, cual, si de viola u otro instrumento se tratara, mientras, acompañando con gestos acompasados, cantaba en francés al señor Jesucristo. Todo este regocijo terminaba, por fin, en lágrimas, y el júbilo se deshacía en compasión por la pasión de Cristo. Con eso exhalaba continuos suspiros; y, redoblando sus gemidos, olvidado de lo que tenía en las manos, se quedaba absorto, mirando al cielo". (Espejo de Perfección, 93, página 769) (Guerra, 2003).

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Adriana realizando la limpieza mecánica de libros litúrgicos.

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David, alumno de la UMSA, realizando su práctica profesional.             Graciela realizando la limpieza mecánica de un Antifonario.

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Colección de papeles de música en nuevas carpetas de
conservación.

Bibliografía


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