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Marcelo L. Magadan

Arquitecto, Master en Restauración de Monumentos y Especialista en Gestión de Conservación. 

 magadan@magadanyasociados.com.ar

 

Teresa Gowland

Conservadora y restauradora de pintura de caballete, mural y de arte religioso.

teregowland@gmail.com

EXTRACCIÓN Y TRASLADO DE UN MURAL DE ANTONIO BERNI 

Marcelo Magadán y Teresa Gowland

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Resumen: 

El mural “Mercado colla” o “Mercado del altiplano” es una pintura mural al fresco buono -de temática indigenista- pintado por Antonio Berni, con detalles de terminación al secco. La obra, que se encontraba localizada en la galería de una casa quinta, de donde fue retirado a fines de 2012, montándolo en un nuevo soporte para transportarlo a la sede del MALBA. En los primeros meses de 2013, se realizó la preparación, el montaje y restauración, pasando a formar parte desde entonces de la colección permanente del museo.

Algunos antecedentes

Este artículo trata de la extracción y el traslado al MALBA · Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires · Fundación Costantini,-1- de un mural realizado por Antonio Berni (1905 – 1981) que se encontraba en la galería semicubierta, en una casa quinta ubicada en la esquina de las calles Gaspar Campos e Italia de la localidad de San Miguel, en la Provincia de Buenos Aires. 

 

La extracción se llevó a cabo en diciembre de 2012, mientras que los trabajos de montaje y restauración se realizaron, en la sede del museo, en los primeros meses de 2013, siendo presentado al público el jueves 17 de octubre de ese mismo año. 

 

Desde entonces forma parte de la colección permanente. Si bien en un comienzo estuvo exhibido en una sala del primer nivel del edificio, especialmente destinada para alojarlo, junto con algunas otras obras de Berni y un video que daba cuenta 

de forma sintética de los trabajos a los que se refiere en el presente artículo, luego fue trasladado a la Sala Principal donde se encuentra actualmente, junto a las obras de la colección permanente.

 

Por entonces también se editó un catálogo sobre el mural del que no se conoce el nombre, ni la fecha de ejecución,-2-aunque por la temática que aborda bien podría llamarse “Mercado colla” o “Mercado del altiplano” -3- y “[…] podría haber sido hecha entre 1936, cuando Berni realizó su primer viaje por el Noroeste Argentino, y 1943, luego de su segundo viaje por la Puna” -4-. Se trata de una obra que “[…] se inscribe dentro del “Nuevo Realismo” de su autor “[…] y es además un claro ejemplo de su preocupación americanista-indigenista” -5-. Siguiendo la descripción de Victoria Giraudo, en la obra se muestra

 

“[…] a los indígenas resguardados del sol abrasador del altiplano, algunos bajo la galería colonial con sus arcadas y otros bajo un toldo de fabricación rudimentaria. Los personajes siguen en sus quehaceres rutinarios sin inmutarse, en un típico día sin viento, tan prístino que se llegan a ver las diferentes tonalidades de gris, entre azuladas y violáceas, de los cerros de fondo y de todo el entorno que los rodea. Los colores de las figuras collas son cálidos, en tonos de ocres y sienas tostados, y la atmosfera diluye los contrastes y las sombras. -6-

“En el mural Berni exalta la etnia americana y mestiza colla como arquetipo del Norte Argentino, pero también del norte chileno, Perú y Bolivia, a, la vez que rescata su cultura, su forma de vida, sus vestimentas coloridas, sus labores y su forma de comercio en su entorno geográfico: el paisaje árido de montañas del altiplano de la Puna y el poblado de arquitectura colonial-española.-7-

Esta obra fue adquirida por el museo a través del aporte de quienes integraban el Comité de Adquisiciones y tanto la extracción, como el traslado estuvieron coordinados y financiados por MALBA· Fundación Costantini. 

 

Las características del mural

El mural se encontraba en una galería cubierta con un techo de tejas de tipo colonial sustentadas por una estructura de madera, algunos de cuyos componentes (tirantes y entablonado) presentaban un avanzado grado de putrefacción, con filtraciones tanto en dicha galería como en parte del interior de la vivienda. 

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En mural en su emplazamiento original.

El reverso del muro de ladrillos comunes asentados en un mortero a la cal que servía de soporte del mural daba sobre un baño y un dormitorio. Ese muro presentaba fisuras estructurales que afectaba al lado izquierdo del mural, el que tiene 120 cm de alto y 330 cm de largo. 

 

Al momento de la ejecución del mural, el baño tenía una pequeña ventana vertical (raja), que Berni hizo coincidir con el primer pilar del soportal que él representa en su obra. De aquella ventana se conservaba el marco de madera embutido, que fue retirado como parte de la intervención. Ese vano –años atrás- había sido tapiado, reconstruyendo el muro con ladrillos comunes y colocando por delante una tabla pintada al tono del resto del pilar, retirada al comenzar las tareas. 

El mural fue hecho al “fresco”, es decir empleando la técnica por la cual se aplican pigmentos inorgánicos diluidos en agua sobre un mortero húmedo (de ahí su nombre). Finalizado el fraguado y el endurecimiento, la capa pictórica pasa a formar parte del soporte. 

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Técnicas utilizadas por Antonio Berni.

La aplicación del enlucido a base de cal aérea y arena de granulometría muy fina, fue hecha por partes, definiendo lo que se denominan: “tareas”. Se trata de los sectores de la obra que se pintan en un determinado lapso, mientras el revoque conserva cierto grado de humedad. Estas tareas quedan evidenciadas (a veces formando relieves o desniveles) sobre la superficie y se pueden apreciar aplicando sobre la misma una luz rasante. 

 

El enlucido se aplicó sobre una base -grueso o jaharro- también a la cal, el que –como se dijo- se encontraba sobre un muro de ladrillos comunes. Berni completó su composición pictórica con pinceladas al “secco”, utilizando en este caso pigmentos al óleo.

 

 

La extracción y el traslado

Las tareas en San Miguel se llevaron a cabo en diciembre de 2012. Una vez en contacto con la obra, y luego de una minuciosa investigación de sus materiales constitutivos, la técnica de ejecución, y su estado de conservación se procedió a la toma de muestras para la realización de los análisis de laboratorio, con el fin de corroborar científicamente lo observado. Asimismo, se realizó una documentación fotográfica y en video, dando cuenta del estado de condición del mural, que luego continuaría a lo largo del proceso de desmontaje y la restauración. 

 

Se decidió entonces que el retiro del mural se haría mediante el procedimiento denominado “stacco”, que consiste en retirar la obra con su soporte primario (revoque). Se trataba de un procedimiento que en 2006 habíamos aplicado para retirar una obra de Juan C. Castagnino, ubicada en una vivienda sita en la Calle Olavarría al 1700 del barrio de Barracas, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -8-.

 

Entonces se realizó el reconocimiento y registro de estado de condición y de la situación del soporte y del ámbito en que el mismo se encontraba. Con el fin de preparar la superficie pictórica para la extracción, luego de efectuar las pruebas de métodos y materiales más afines, se procedió a realizar la limpieza y consolidación provisional, incluyendo el tratamiento de las grietas y de los sectores pulverulentos, debilitados por la erosión del soporte, aplicando adhesivos en forma de inyecciones y a través de una interface de papel japonés. Cabe mencionar que la protección del mural se realizó mediante la aplicación de tres capas adheridas con el mismo adhesivo natural de metilcelulosa: la primera de papel japonés y las otras dos de tela de algodón. 

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Tareas realizadas en forma previa al stacco.

Seguidamente se colocaron las protecciones requeridas para salvaguardar los elementos del área de trabajo: pisos, muebles, etc. y se procedió a rellenar con un mortero a la cal el espacio rectangular ubicado en la parte central de la obra, ocupado por la ventana tapiada. 

Se realizó entonces el corte del perímetro del mural y se colocó por encima del mural un PNI que hizo las veces de viga de dintel soportando parte del muro y la cubierta durante la demolición del muro de soporte. 

A continuación, la obra recibió el bastidor provisional el que al igual que el definitivo se diseñó, calculó y construyó empleando tubos estructurales de acero, teniendo como finalidad darle sostén y rigidez al mural, permitiendo retirarlo y transportarlo al museo, en un caso y soportarlo en su nuevo emplazamiento, en el otro. Cabe mencionar que el peso del revoque a retirar, el que conformaba el soporte de la obra, se estimó en aprox. 150 kg. 

 

La estructura provisional se preparó adecuadamente antes de su colocación mediante un tratamiento anticorrosivo, mientras que en el caso del bastidor definitivo la protección se hizo mediante un proceso de galvanizado en caliente. En el definitivo, entre los elementos estructurales que conformaban el bastidor se soldaron mallas que hacen el contacto con el reverso de la obra. Esas mallas se resolvieron con metal desplegado industrial. 

 

Continuando con el proceso, el bastidor provisional se fijó al muro mediante tubos estructurales. La vinculación entre éste y la obra se ejecutó empleando vendas de la misma tela de algodón, adheridas mediante el adhesivo de metilcelulosa. 

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Montaje del bastidor provisional.

Hecho esto, se procedió a proteger los interiores de la vivienda y a demoler lenta y cuidadosamente el sector del muro que servía de soporte, desbastando de a poco los ladrillos para no afectar al mural, dejando a la vista el reverso del revoque del soporte original, cuyo espesor era del orden de 1,7 cm el que, como veremos más adelante, fue levemente engrosado durante el montaje.

 

A medida que se quitaban los ladrillos se hicieron algunas consolidaciones provisionales del reverso del revoque, empleando para ello gasa de algodón y un adhesivo vinílico diluido. Éstas tuvieron como objetivo sostener los labios de las fisuras existentes y reforzar sus bordes, evitando que se produjeran desprendimientos durante el traslado. 

 

Completada la demolición, el revoque con el mural adherido al bastidor provisional, se retiró colocándolo dentro de un embalaje de madera de gran tamaño, especialmente diseñado y construido para permitir su transporte al museo en forma segura.

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Retiro del mural.

Hecho esto, se integraron los faltantes de mampostería y revestimientos tanto la galería, como en el dormitorio y el daño de la vivienda, retirando en el proceso el PNI que había sido colocado al comenzar los trabajos para funcionar como dintel. 

 

 

El montaje

En el museo se acondicionó la sala donde estuvo exhibido en un primer momento, que pasó a funcionar como una suerte de taller por el tiempo que duró la preparación y restauración del mural. 

 

Allí, se lo desembaló, colocándolo sobre una mesa de trabajo especialmente construida a partir de una estructura tubular. Luego se consolidó el reverso aplicando agua de cal y se lo niveló quitando algunos restos de revoque que estaban muy sobresalidos. Cabe mencionar que dada la fragilidad del soporte de la obra se optó por rellenar en lugar de desbastar toda la superficie. El relleno se hizo aplicando sobre los restos desparejos un mortero a la cal compatible con el original. Estas operaciones siempre son necesarias para obtener una superficie plana y continua, que facilite el contacto con el bastidor definitivo disminuyendo el consumo de resina.

 

Cabe citar que, para reforzar el soporte, se incorporaron bandas de malla de fibra de vidrio en las áreas que presentaba algunas grietas. Finalizada la aplicación del mortero se esperó el tiempo suficiente para alcanzar el fraguado y la completa eliminación de la humedad del soporte. 

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Colocación del nuevo bastidor, en el MALBA.

Seguidamente se presentó el bastidor definitivo sobre la obra preparando el adhesivo y colocándolo sobre las áreas ciegas. Luego se hizo lo mismo en el resto del reverso del mural. Para ello se usó un producto en base a resinas epoxi, de consistencia pastosa (espesa) para evitar que el mismo se derramara o pudiera colarse por cualquier microfisura del soporte afectando la superficie del mural. 

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Fijación del mural al bastidor definitivo.

Luego de asegurarse que la resina hubiera cumplido el proceso de curado y alcanzado su máxima resistencia se procedió a “colgar” la obra, fijándola al nuevo soporte preparado especialmente en la sala donde se exhibiría, retirando luego el bastidor provisional y procediendo a quitar las protecciones (tela y papel japonés), dejándola lista para comenzar la restauración de la capa pictórica. 

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El mural en su primer emplazamiento.

El estado de conservación de la capa pictórica

Una grieta muy profunda que recorría la superficie en sentido vertical desde el borde superior hasta el capitel del pilar izquierdo, el sector que ocupaba la ventana; y demás grietas y fisuras -pre-existente en la obra en su emplazamiento original- constituyeron los deterioros estructurales más importantes del mural.

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Los deterioros encontrados.

En numerosas zonas de la superficie se encontraron profundas oquedades rellenas por una gruesa capa de pintura sintética, la cual se evidenciaba debido a la alteración cromática de estos repintes. Éstos habían sido realizados para intentar corregir el deterioro de la superficie del mural, agredida mecánicamente con balines disparados con un rifle de aire comprimido desde el jardín de la quinta. 

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Intervenciones posteriores al stacco, realizadas en el nuevo emplazamiento.

Desde el punto de vista pictórico, el mural se encontraba muy erosionado, hasta con pérdida de dibujo en el sector centro inferior. Esto debido a los deterioros ocasionados por los factores climáticos a través del tiempo –recordemos que se encontraba en una galería semicubierta- y otros accidentes mecánicos (p.ej.: golpes y roces con el respaldo de sillones). 

La intervención de la capa pictórica

Una vez que el mural estuvo colocado en el que sería su primer emplazamiento, se retiraron las telas y el papel Japón con el que fue protegido durante la extracción y el traslado. Luego se procedió a eliminar los restos de adhesivo que unía las telas al mural en forma mecánica, empleando agua destilada templada y algodón. 

 

Con piedra esmeril se rebajaron los bordes perimetrales que resultaron algo desnivelados luego del acabado por el reverso y con un mortero fino a la cal se rellenaron las grietas y fisuras, el nuevo paño central (donde se encontraba la ventana) y se completaron los bordes.

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Retirando las protecciones.

Un esquema de solventes aromáticos se empleó para eliminar los repintes de pintura sintética a lo largo de la superficie, quedando las oquedades al descubierto, las que fueron luego rellenas con mortero fino a la cal.

La reintegración de la capa pictórica fue realizada con pigmentos a la acuarela marca Windsor & Newton, mediante una técnica de retoque identificable de selección cromática de puntos pequeños. En el caso del paño central se decidió emplear el trattegio, es decir un grafismo generado a partir de una serie de bastones verticales equidistantes. Esta reposición representa el primer pilar de la arcada.

Finalmente, sobre la superficie se aplicó una fina capa de protección elaborada a partir de la resina Paraloid B72 diluida en un solvente aromático. De esta manera el mural quedo listo para ser expuesto al público. 

Ficha Técnica: 

 

Coordinación General: Victoria Giraudo

Preparación para la extracción y restauración de la obra: Rest. Teresa Gowland

Proyecto y supervisión de la extracción: Mg. Arq. Marcelo L. Magadán

Diseño y cálculo estructural de los bastidores: Ing. Oscar María Galluzzi  

Construcción de los bastidores: Syma Técnica SRL

Traslado y emplazamiento: Delmiro Méndez e Hijos S.A.

Fijación del bastidor definitivo: Rest. Laura Basterrechea 

Apoyo operativo en obra y taller: Sres. Horacio Vidal e Ismael Vidal 

Análisis de Laboratorio: Lic. Marcela Cedrola

Asesoría Inicial: Alejandro Bustillo

Coordinación de Museografía: Gustavo Vásquez Ocampo

Video filmación: El Pampero Cine

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