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La piedra púrpura

un material muy caro..."muy caro" al poder

Por el Dr. José Sellés-Martínez 

 

 

 

 

 

En el mundo mediterráneo y desde antiguo, el color púrpura ha sido identificado con las más altas jerarquías del poder, alcanzando la cima de su importancia en el Imperio Romano y la Iglesia Católica e incluso en el Islam. En un principio se trató exclusivamente de una tintura de origen animal, el púrpura de Tiro, obtenida por un complejo proceso que se iniciaba con la pesca submarina de ejemplares de caracoles de ciertas especies del género Múrex. Sin embargo, esta tintura sólo podía utilizarse para colorear prendas de paño lo cual limitaba seriamente su duración. La aparición de una piedra con un tan prestigioso color y de apariencia eterna tuvo una influencia decisiva en la historia del arte escultórico occidental. El color de la roca dio nombre al lugar de donde se extraía, el que a partir del siglo I D.C. aparece mencionado como Mons Porphyrites (que podría traducirse como “Cerro Púrpura”). Sus extraordinarias cualidades de color y dureza impusieron su uso entre las más ricas y poderosas familias romanas y se convirtió en algo tan apreciado que en el Sigo IV el emperador Diocleciano lo declara de uso exclusivo del emperador y su familia y, en un edicto especial que se publica con el propósito de asignar precios máximos a los bienes de consumo y combatir la inflación, el pórfido rojo de Egipto y el verde de Grecia son los materiales pétreos de mayor precio.

José Sellés-Martínez

 

El responsable y coordinador de la sección es el Dr. José Sellés-Martínez, geólogo y profesor del Dpto. de Ciencias Geológicas de la Universidad de Buenos Aires, quién, entre otras tareas, se ocupa de la coordinación de los programas de divulgación científica de dicho Departamento, del Instituto de Geociencias Básicas, Aplicadas y Ambientales (IGEBA) y de la Sociedad Científica Argentina. Es además, miembro del Comité Editor de la revista EXACTAMENTE, órgano oficial de la Fac. de Ciencias Exactas de la UBA, en la que escribe una sección fija sobre Ciencia & Arte

Figura 1: Esta célebre escultura que adorna un ángulo externo de la Catedral de San Marcos, en Venecia, está realizada, como no podía ser de otro modo, en pórfido ya que los personajes representados en ella serían los Tetrarcas, máximas autoridades del Imperio Romano en tiempos de Diocleciano, quién sería uno de los cuatro personajes representados (aunque algunos autores consideran que el grupo representa a Constantino y sus hijos).

Si bien está documentado el descubrimiento de los afloramientos de pórfido, conservándose la fecha y el nombre del soldado romano que, en tiempos de Tiberio, encontró el sitio estando de servicio en la región que actualmente se denomina Gebel Dokhan, en la región oriental de Egipto, diversos objetos testimonian su conocimiento y aplicación a la escultura por los egipcios desde los tiempos predinásticos. Sin embargo ello no habría ocurrido en forma intensiva hasta los tiempos ptolomaicos. De acuerdo con antecedentes citados por Del Bufalo (2012), muchas de las obras de esta época (sobre todo sarcófagos) habrían sido transportadas a Bizancio y reutilizadas allí, lo que explicaría su ausencia en el lugar de origen. El proceso de reutilización iniciado por los Ptolomeos y los emperadores bizantinos no se detendría en el tiempo. Los fragmentos de estatuas han sido re-ensamblados para realizar nuevas estatuas a lo largo del período que va desde la época romana al Siglo XIX y los fragmentos utilizados también para tallar nuevos objetos.

Aún cuando las lajas de pórfido fueron utilizadas en algunos pavimentos de edad imperial como los que pueden verse en la Villa Adriana en Tívoli, durante la Edad Media los fragmentos de columnas y bloques de gran tamaño fueron reducidos cada vez más hasta convertirse en las delgadas placas empleadas para la realización de los coloridos pavimentos geométricos denominados “cosmatescos”. Esta denominación surge a partir de la prolongada actividad de cuatro generaciones de la familia Cosmati, que es iniciada por Lorenzo di Cosma hacia 1190 en la iglesia de Santa María en Aracoeli, en la cima del Monte Capitolino (Roma) y parece terminar al iniciarse el Siglo XIV con la figura de Giovanni di Cosma, activo en las basílicas de Santa María Mayor y San Pablo Extramuros, también en Roma, aunque no como realizador de pavimentos sino en el papel de arquitecto y escultor. Afortunadamente muchos de esos pavimentos se han conservado a pesar de las sucesivas modificaciones renacentistas y barrocas de las iglesias en las que se encuentran.

El material ha recibido numerosos nombres a lo largo de la  historia: lapìs porphyrites, lithos romaion, pórfido lattinato, pórfido rojo egipcio, porfirita roja y pórfido rojo antiguo entre otros. Desde el punto de vista de la petrografía se trata de una roca volcánica extrusiva, es decir, una lava rápidamente enfriada al derramarse sobre la superficie terrestre. En este proceso, los cristales de mayor tamaño, que habían comenzado a formarse en las profundidades y que son arrastrados por el material fundido, son rodeados -al enfriarse el conjunto bruscamente- por una pasta vítrea, dando origen a la textura denominada, justamente, porfírica o porfídica. Desde el punto de vista de su composición se trata de una andesita, con variaciones hacia dacitas, caracterizada por la recién señalada textura porfídica en la que se destacan los fenocristales blancos o rosados de plagioclasa en una matríz hialocristalina-microcristalina de color rojo. Existen, y fueron explotadas, variedades de color verde (leracites, pórfido verde egipcio), de color rojo laterita (pórfido rojo laterizio) y de color negro (pórfido nero y pórfido nero gráfico, según la textura de la roca) las que no eran, naturalmente, tan apreciadas como la variedad púrpura y, por lo tanto de uso más esporádico. Existe también una variedad brechosa, originada en la fragmentación y resoldado de los trozos de roca durante el proceso de extrusión lo que le otorga una textura particular. El contexto geológico en el que se encuentran estas rocas corresponde a afloramientos de edad precámbrica que se extienden en el desierto oriental de Egipto.

La cantera tuvo su mayor desarrollo en el periodo que va de su descubrimiento al Siglo V, siendo los emperadores Nerón, Trajano y Adriano quienes mayor impulso le dieron. Según cita Price (2008), con el tiempo se perdió la localización de las canteras y recién en 1823 fueron redescubiertas por el arqueólogo inglés J. Gardner Wilkinson, pero a pesar de algunos intentos de reactivarlas en forma comercial no fue posible y en la actualidad su actividad se encontraría reducida a la extracción esporádica de pequeños fragmentos.

Figura 16: Localización del Mons Porphyrites, en las inmediaciones del Mar Rojo. Imagen tomada de Google Earth

 Digamos para cerrar este artículo que el sarcófago de piedra que guarda los restos de Napoleón en el Hotel de los Inválidos en Paris, no está esculpido en pórfido egipcio, como habitualmente se menciona, sino en una cuarcita roja proveniente de la región de Carelia, en la base de la península escandinava. La cuarcita es una roca metamórfica muy rica en cuarzo, en este caso coloreada por óxidos de hierro, que se ha formado a partir de una arenisca cuarzosa, roca sedimentaria constituida fundamentalmente por granos de arena. El proceso tiene lugar a altas temperaturas y presiones, que han permitido la recristalización del cuarzo y la consolidación del material. Una observación detallada del sarcófago permite reconocer el bandeamiento característico de las capas de origen sedimentario.

 

Fuentes bibliográficas

Borghini, G. (Ed.). (2004). Marmi Antichi. De Luca Editori.

De Nuccio, M. y Ungaro, L. (2002). I marmi colorati della Roma imperiale. Marsilio.

Harrell, J. A. y Storemyr, P. (2009). Ancient Egyptian quarries – an illustrated overview. Geological Survey of Norway Special Publication 12. Accesible en:  http://www.ngu.no/upload/Publikasjoner/Special%20publication/SP12_s7-50.pdf

Price, M. T. (2008). Rocas ornamentales. Editorial Blume.

 

Ilustraciones

Todas las ilustraciones, salvo la imagen de Google Earth han sido tomadas por el autor de la nota.

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