CONVERSA
VOCES EN LA CONSERVACIÓN
Nos escribe Maurizio Coladonato :
He conocido CONVERSA a través de la restauradora argentina Luciana Murcia que ha asistido a mi curso sobre riesgo químico en Madrid. Me ha gustado mucho leer el primer número de Conversa, he podido apreciar la línea editorial con la cual me identifico y he aceptado inmediatamente la invitación a escribir de mi experiencia, porque uno de los objetivos que me he fijado es el de favorecer el intercambio de información y conocimiento, con la convicción que uno crece solo a través de los otros.
La divulgación es importante sobretodo si no es sectorial sino abierta a las contribuciones e ideas en un intercambio dinámico, de la misma manera que me manejo en los cursos que desarrollo en diversas instituciones Italianas e internacionales: el conocimiento y la cultura no pueden ser vendidas como mercadería sino intercambiadas -dentro del ambito de la correcta relación profesional y humana- y a través del filtro de la participación y de las pasiones.
Me ha dado mucho placer leer las palabras de Richard Wolbers, a quien he tenido el placer de conocer muchos años atrás en ocasión de un seminario llevado a cabo por él en Roma en el Instituto Superior de Conservación y Restauración de Roma.
Nota Biográfica:
Maurizio Coladonato: Químico diplomado en La Universidad de Roma, La sapienza, desde 1988 a la fecha Maurizio enseña ‘química aplicada a la conservación de arte’, ‘química de polímeros y adhesivos’ y ‘materiales y métodos para la experimentación’ encuadrado dentro de los programas de entrenamiento en el Instituto Superior para la Conservación y la Restauración (ISCR). Enseña ‘química para la restauración de arte’ en las academias de Bellas Artes Italianas y Universidades de Bologna, Roma, Frosinone, L´Aquila, Napoles, Urbino, Viterbo, etc., así como en organizaciones y universidades extranjeras: Bolivia, Egipto, Malta, Serbia, España, China, Rumania entre otras.
En ISCR ha desarrollado una línea de investigación para el estudio y la puesta a punto de materiales y métodos de limpieza con especial atención en la restauración eco-sustentable, proponiendo, experimentando y publicando nuevos métodos de baja o nula toxicidad para la remoción de sustancias orgánicas e inorgánicas de las superficies de las obras de arte, por ejemplo el triángulo interactivo de los solventes y de la solubilidad©’
LA RESTAURACIÓN ECO SUSTENTABLE. MATERIALES Y MÉTODOS
Por Maurizio Coladonato
Traducción: Equipo Conversa
La seguridad en los laboratorios de restauración es una preocupación constante entre los profesionales que trabajan con sustancias químicas. En Europa, con más años de experiencia en su manejo, se están concentrando en el reemplazo de aquellas sustancias nocivas para la salud; no sólo en beneficio del operador sino también con la preocupación que los productos tóxicos generan residuos igualmente tóxicos.
Maurizio Coladonato es considerado un experto en esta área (ver nota biográfica) y a pedido de Luciana Murcia nos ofreció generosamente un adelanto de un extracto de su futuro libro en la materia.
Abstracto:
Los materiales utilizados en la restauración -para consolidación, limpieza, protección- pertenecen a la categoría de las sustancias químicas. No existen sustancias químicas totalmente ‘inocuas’ para la producción artística y este concepto puede y debe ser extendido a los operadores y al ambiente. Es lícito afirmar que aquello que es idóneo para los bienes a conservar lo es -en el sentido al menos de la nocividad- para los seres humanos y para el ambiente.
Podemos dividir esquemáticamente las sustancias usadas en la restauración en compuestos líquidos y sólidos y a posteriori subdividir cada una de estas dos clases en compuestos orgánicos e inorgánicos, cada una de estas categorías con características generales útiles para comprender y prever su comportamiento y sus prestaciones. De hecho, el comportamiento químico-físico de las sustancias deriva de la naturaleza química y del estado físico en condiciones normales, y esto es válido tanto para las prestaciones que interesa a la conservación como a los riesgos conocidos -nocividad, toxicidad, causticidad, inflamabilidad, etc.- que se diferencian según el empleo de los solventes orgánicos o de soluciones acuosas (ácidas o básicas) o de polvos de naturaleza orgánica (natural o sintética) o de naturaleza inorgánica.
La evaluación de los riesgos derivados del uso de sustancias químicas -que se aplica a través de algunos parámetros como TLV, Flash Point, DL50, CL50, GER, PR, pH, etc. permiten individualizar los procedimientos de manipulación para evitar posibles contaminaciones y los medios de protección individual y ambientales; permite entre otras cosas, efectuarla adecuadamente, en cumplimiento con las normativas vigentes, la compra, el almacenamiento, la recolección, el transporte y remoción de los productos químicos.
Entre las cuatro componentes para asegurarse el cumplimiento de la seguridad en el trabajo según las normativas vigentes -organizativamente, técnicamente, de procedimientos, de comportamiento- la normativa técnica permite en particular sustituir los compuestos nocivos, tóxicos, cancerígenos y agresivos con sustancias y metodologías alternativas.
Desde este punto de vista la utilización de los solventes orgánicos puede ser controlado y mejorado mediante el uso del triángulo de los solventes para formular mezclas alternativas capaces de remover los materiales de alteraciones y de solubilizar los materiales de intervención para su aplicación. Pero es aún más oportuno cuando es posible, y ya desde hace tiempo que se aplica esta estrategia, el control de los solventes orgánicos -y preferentemente las sustituciones- por medio de espesantes, tensoactivos, soluciones de sales básicas, resinas con intercambio iónico, quelantes, enzimas, etc.
Todo esto, además de bajar el riesgo toxicológico y ambiental, mejora el control y la selección de las operaciones para la conservación.
Introducción:
Los alumnos del primer año del Curso de Formación Superior para Restauradores del Instituto Central para el Restauro de Roma ICSR (ex Instituto Central para el Restauro - ICR) al inicio de su recorrido de cinco años esperan programas de estudio basados en la historia del arte, técnicas de ejecución, arqueología y arquitectura pero subestiman el impacto de las materias científicas que ciertamente desarrollan un rol determinante en su formación. [2] Es siempre bello recibir a los alumnos del primer año y verles en el rostro joven la emoción, el intereses y la curiosidad por todo lo que les espera. Desde hace ya muchísimo tiempo la primera materia de estudio en el aula, sorprendentemente para ellos, es química, pero todavía más traumático es el tema: El riesgo químico [3]. Es por esto que ha sido necesario distender con chistes, poesías y cuentos un tema tan poco placentero como el riesgo de la manipulación de sustancias químicas, inculcando que para combatir al enemigo es necesario conocerlo y mirarlo a la cara sin importar que tan malo o feo pueda parecernos y sólo así seremos capaces de defendernos. Asimismo, la custodia de las obras de arte está muy bien pero no hay obra de arte más bella que cada uno de nosotros y del mundo en el cual tenemos la suerte de vivir, por lo tanto, quiero contribuir a que adquieran la conciencia del cuidado de nosotros mismos y nuestro ambiente. Acentuando finalmente el hecho de que la seguridad nace también de la pasión que se tiene por aquello que se hace, porque quien es apasionado es también atento y tiene menor probabilidad de exponerse al riesgo. Además el placer que deriva de la pasión empuja al deseo de conocimiento y se crea de esta manera un círculo virtuoso. Para afrontar el riesgo químico es oportuno introducir un poco de química buscando no alimentar el temor que esta palabra provoca. Es necesario retomar algunos conceptos químicos para comprender mejor las características de las diversas categorías de sustancias y para encontrar soluciones adecuadas a los problemas del ámbito de la normativa vigente sobre la seguridad del trabajo, que entre otras cosas, favorece caminos alternativos más estrictamente técnicos.1 Un primer esquema, muy simplificado pero útil, puede ser dividir las sustancias químicas que se usan en el restauro en compuestos líquidos y sólidos y una esquematización posterior dividir los líquidos en solventes orgánicos y en sistemas acuosos. Los solventes orgánicos son hidrocarburos por lo que esencialmente son moléculas formadas por carbono e hidrógeno, mientras que los sistemas acuosos son formados por soluciones acuosas y solventes y sustancias que interactúan bien con el agua.
La pertenencia a una u otra de estas categorías crea comportamientos y problemas diferentes: por ejemplo, los solventes orgánicos son en general inflamables y tienen tendencia a evaporarse rápidamente en condiciones ambientales normales [4]; digo en general porque una clase -aquella de los cloruros- tiene poca o nula inflamabilidad pero presenta otros riesgos. El agua y los sistemas acuosos, además de no ser inflamables por naturaleza y en general no ser tóxicos, tienen poca tendencia a la evaporación pero eventualmente tienen agresividad. Estos datos expuestos someramente desde el punto de vista del riesgo químico son en realidad correlativos a parámetros más generales que dependen, esencialmente, de la naturaleza química de las moléculas, o sea de los átomos que las componen a través de los enlaces químicos. Antes de profundizar este tema, propongo la siguiente pregunta: ¿existe o hay una característica de las moléculas capaz de influenciar y explicar las prestaciones de éstas?
1- El Riesgo químico [5] – Los solventes orgánicos: ¿Qué tan “malos” son? ¿Cómo reconocer los más nocivos? ¿Cómo pueden dañarnos? ¿Cómo se enfrentan?
Los peligros derivados del contacto con los solventes, como ya ha sido dicho, son esencialmente la inflamabilidad y toxicidad.
1.1 – Inflamabilidad [6]: Un solvente orgánico puede prenderse fuego o estallar [7] si es expuesto a fuentes de calor, chispas, llamas, impactos, por ello, es necesario evitar tales situaciones.
Para caracterizar la tendencia a la inflamabilidad se usa el FlashPoint – FP, característico para cada solvente: temperatura mínima a la cual un líquido produce vapores que pueden formar, en contacto con el aire, una solución explosiva. Cuanto más alto es el valor de FP, menor es el peligro de inflamabilidad. Los solventes puros con baja presión (tensión) de vapor [8] y masa molecular y temperatura de ebullición elevada presentan FP más alto, o sea, menor riesgo.
CLASIFICACION DEL RIESGO (Solventes insolubles en agua)
1 - Riesgo elevado: FP < 21ºC
2 - Riesgo medio: FP entre 21º C y 55ºC
3 - Riesgo bajo: FP entre 55ºc + 100ºC
Los solventes con FP inferior a 21ºC son de alto riesgo de inflamabilidad. Desgraciadamente muchísimos, sino casi todos los solventes usados en el restauro, tienen FP menor a 21ºC. Por suerte, en la práctica, no es habitual que los vapores de solventes formen una mezcla inflamable con el oxígeno del aire. En alguna oportunidad ocurrió la elevación de un pompón de algodón embebido en una mezcla de solventes orgánicos. Este había sido dejado bajo una lámpara prendida a una distancia inferior a 1 mt y esto, seguramente, ha favorecido a la formación de una columna ascendente de vapor cuyas moléculas han adquirido energía cinética suficiente para reaccionar con las moléculas de oxígeno del aire. En ambientes cerrados son importantes los recambios del aire y la ventilación adecuada, justamente para contrarrestar las formaciones de altas concentraciones de vapor con la elevada probabilidad de reaccionar con el oxígeno.
Un ejemplo para recordar si un valor alto o bajo de FP indica o no un riesgo elevado puede ser el siguiente (para quien tiene la dificultad de recordar rápidamente este tipo de información de las definiciones y los parámetros): imaginemos los solventes orgánicos como si fueran automóviles. Cuanta más alta es la cilindrada, mayor es el confort que ofrece, así, cuanto más alto es el valor del FP, más seguro será el solvente desde el punto de vista de la inflamabilidad. Pero no basta decir que cuanto más bajo es el FP más inflamable es el solvente, el peligro depende también de la temperatura del ambiente en el cual el solvente yace o se encuentra [9]: a una temperatura ambiente menor del FP del solvente será menos probable la posibilidad de un inicio espontáneo de las reacciones de combustión así como están descriptas en la nota al pie número 7. Por ejemplo: un solvente con FP cerca o igual a 15ºC tiene una probabilidad baja de inflamarse espontáneamente en un ambiente a 10ºC y una probabilidad más elevada a una temperatura ambiente de 25ºC. Hay que subrayar además, que en la obra, no se deben dejar los contenedores abiertos bajo el sol porque los solventes tienden a evaporarse, o sea que acarrea, además de una pérdida económica, un elevado peligro de inflamabilidad y de daño al ambiente y al operador, porque la dispersión de los vapores en la atmósfera puede acarrear inadvertidamente a una contaminación por inhalación. En ambientes abiertos el peligro de llama o estallido es menor respecto a un ambiente cerrado, porque si hay más ventilación y dispersión de los vapores la probabilidad que puedan encontrarse moléculas de solvente y O2 y generen energía cinética suficiente para combustionar es menor. Por esto, en ambientes cerrados es necesario un buen recambio de aire, que previene, entre otras cosas –y no es un dato menor– la contaminación toxicológica por inhalación. Los contenedores van almacenados en la oscuridad y en ambientes frescos y ventilados.
Las soluciones de solventes orgánicos y H2O adquieren siempre valores de FP más elevados –respecto a los solventes puros- al aumentar el porcentaje de H20, hasta que se convierten en no inflamables. Los solventes clorados son poco o para nada inflamables, pero presentan características pésimas para la salud y para el ambiente, por esto se deben evitar absolutamente y van sustituidos con mezclas alternativas de solventes -poco tóxicas– con los mismos parámetros de solubilidad o mejor aún, con sistemas acuosos.
1.2 - Toxicidad:
En la introducción se ha dicho que los solventes orgánicos tienen tendencia a evaporarse en condiciones normales [4]: los vapores resultantes se dispersan en el ambiente y en lugares cerrados principalmente, se está expuesto a la modalidad más imperceptible de contaminación, aquella inhalatoria, además del peligro de desarrollarse llamas o explosiones. Con frecuencia no se advierte este tipo de contaminación o se la subestima porque carece de olor, salvo aquellos solventes fuertemente irritantes o nauseabundos. La contaminación es tanto por inhalación como por contacto cutáneo, la cual es más advertible. La exposición a los solventes orgánicos puede producir efectos sobre la salud a largo plazo. Es necesario siempre usar los solventes menos tóxicos, pero ¿cómo se hace para evaluar la toxicidad? ¿Cómo se puede elegir entre dos solventes con prestaciones similares en base a su toxicidad? A través del TLV, en inglés Threshold Limit Value o valor límite de base (es la concentración de vapor en el ambiente que no debe ser superado): cuanto más bajo es el valor del TLV mayor es el peligro del solvente [10].
Puede ser útil para el TLV el ejemplo nemotécnico de la cilindrada de los automóviles citado para el FP: cuanto mayor es el valor del TLV el solvente ofrece prestaciones confortables, o sea es menos tóxico. Es por eso que entre dos solventes con características y prestaciones similares se elige el solvente con TLV más alto, en definitiva es mejor inclinarse hacia los solventes con TLV y FP más elevados.
Actualmente se conocen dos parámetros para caracterizar desde el punto de vista del riesgo a los solventes orgánicos –FP y TLV– y se pueden introducir dos definiciones de TLV, TLV–TWA [11] para exposiciones a largo plazo y la TLV-STEL [12] para exposición a corto plazo. El TLV–TWA es la máxima concentración media ponderada permitida en el aire para una exposición de 8 horas al día por 5 días a la semana, mientras el TLV–STEL es la máxima concentración media admitida en el aire para una exposición de 15 minutos por cuatro exposiciones al día distanciados en una hora. La comparación entre las toxicidades de los diferentes solventes es posible mediante sus respectivos TLV-TWA.
Por ejemplo, entre un solvente “A” con TLV–TWA igual a 100ppm y un solvente “B” con TLV–TWA igual a 200ppm se elige el solvente B que tiene el TLV más alto (cilindrada más alta); si además el solvente B da un FP más alto que A es todavía mejor.
El TLV–TWA se clasifica en tres fases de riesgo:
0 - 10 ppm riesgo alto
10 - 100 ppm riesgo medio
100 - 1000 ppm riesgo bajo
El TLV se expresa en mg/m3 [13] o ml/m3 [14]: En el volumen de un m2 cualquiera de un ambiente en el cual se trabaja con solventes orgánicos no es permitida una concentración de vapores superior al valor del TLV–TWA, según la definición dada. Si un solvente a un TLV–TWA igual a 100 ppm, una eventual concentración de 101 ppm de sus vapores en el aire ya está fuera del límite. Para comparar la toxicidad de dos solventes que tienen los respectivos TLV–TWA expresados uno en mg /m3 y el otro en ppm es necesario convertir uno de los dos en la unidad de medida del otro a través de las siguientes ecuaciones [15]:
1) ppm = mg/m3 x 24,45 2) mg/m3 = ppm x P.M.
P.M. 24,45
P.M = Peso molecular de la sustancia
Todo lo que se ha expuesto hasta ahora se refiere a los solventes orgánicos puros: ¿cómo evaluar si se está expuesto a contaminación toxicológica por inhalación en caso de manipulación de mezclas o soluciones? Se puede utilizar la siguiente fórmula para calcular el límite permitido para mezclas de solventes:
Mezcla con A, B, C, …n componentes
3) Ca/TLVa + Cb/TLVb + Cc/TLVc + ... Cn/TLVn ≤ 1
Ca = la concentración real [16] del componente en el aire, etc.
TLVa = valor límite de base del componente A, etc.
Son aceptables en el ambiente concentraciones de vapor de mezclas de solventes orgánicos para los cuales la sumatoria indicada en la ecuación 3 asume un valor menor o igual a 1.
¿Cuál es el significado físico real más allá de las definiciones y de las siglas TLV–TWA? El ejemplo siguiente puede ayudar a clarificar:
¿Cuántos gramos de butilamina (TLV–TWA 15 mg/m3) deben evaporar en un ambiente de 60 m3 para alcanzar la concentración indicada del TLV-TWA? El TLV–TWA indica la máxima concentración de vapores admitida en 1m3, por eso con una simple proporción se obtiene que en 60m3, son permitidos como máximo 900mg de butilamina, 0,9 g. Una cantidad verdaderamente mínima, que corresponde, según la densidad del solvente igual a 0,740 g/ml a un volumen de aproximadamente 1,2ml. Por lo tanto, atención: usando butilamina en un ambiente de 60 m3 bastan 0,9g - 1,2ml para estar dentro del límite de seguridad contra la contaminación por inhalación pero las malas noticias no terminan aquí: el valor de TLV–TWA = a 15 mg/m3 ha estado actualizado a 5 mg/m3 [17]; por lo que bastan 0,3 gr 0,4 ml de butilamina –en un ambiente de 60 m3- para alcanzar los límites de seguridad contra la contaminación por inhalación.
A continuación serán provistas todas las informaciones útiles para afrontar estos problemas:
Otro ejemplo en relación a la evaluación de las exposiciones a mezclas de solventes orgánicos: en el caso de una mezcla o solución, compuesta de los solventes A –alcohol etílico (TLV–TWA = 1000 ppm) B –acetona (TLV – TWA = 500 ppm) C -Octano (TLV – TWA 300 ppm) presentes en el aire de las respectivas concentraciones reales iguales a Ca=300 ppm, Cb=200 ppm, Cc=100 ppm. Introduciendo estos valores en la ecuación numero 3) Ca/TLVa + Cb/TLVb + Cc/TLVc ≤ 1
Se obtiene:
300 + 200 + 100 = 0,30 + 0,40 + 0,33 = 1,03 (>1)
1000 500 300
La concentración en aire de la mezcla supera los límites admitidos por lo que se deben restablecer las condiciones ambientales óptimas como se describe más adelante.
¿Cuáles son los riesgos para la salud derivados de la exposición a los solventes orgánicos? En la tabla número uno son descriptos algunos solventes y sus mezclas históricamente usados en la restauración. En la tabla número dos se indican los riesgos para la salud con efectos a largo plazo [18].
MEZCLA COMPONENTES
2 A Agua - Amoníaco
3 A Agua - Acetona - Etanol
4 A Agua – Amoníaco – Etanol - Acetona
AB Agua - Butilamina
ABD Agua – Butilamina Dimetil Formamida
BENZINA 80-100°C Hidrocarburos
Diluyente nitro Esteres - Cetonas – Alcohles - Aromaticos
DA Dimetil formamida (DMF)-Acetato de amilo
DAN DMF – Acetato de Amilo-Diluyente Nitro
DIDAX DMF-Diluyente sintético-Xileno-Acetona
ETERE DI PETROLIO Hidrocarburos
WHITE SPIRIT Hidrocarburos
Tabla N°1 – Solventes orgánicos y sus mezclas históricamente usadas en la restauración
SOLVENTE EFECTO
Aminas alifáticas (BUTILAMINA) Asma-Dermatits
Benceno Cancerígeno –Middollo Oseo
Bencina ratificada Posible cancerígeno/Efectos sobre sistema nervioso e Hígado
Cloroformo Posible carcinógeno/Lesiones renales y hepáticos
Diluyente Nitro(con cc de benceno>0,1%] Cancerígeno
Dimetil Formamida Posible cancerígeno/Efecto sobre el Hígado
Esencia de Trementina Eczema-lesiones renales
Formalina con 40% de Formaldehído Cancerígeno
Cloruro de metileno Indicación de cancerigenidad/dermatitis,Efectos sobre el Sist.nervioso central e Hígado
Tricloroetileno (TRIELINA) Indicación de cancerigenidad/dermatitis,Efectos sobre el Sist.nervioso central e Hígado
Tabla N°2 – Efectos en la salud a largo plazo por exposición a solventes orgánicos.
En las tablas 1 y 2 están presentes nombres de solventes que hoy se evitan, como butilamina, dimetilformamida, benceno, trielina, metilenocloruro; también el diluyente nitro –muy usado y aparentemente menos peligroso- hay que sustituirlo, pero esto será tratado en la sección relativa a la limpieza química, por ejemplo, acetona, éter etílico, tolueno, xileno, pueden traer efectos mutantes, pueden atravesar toda la piel y provocar dermatitis o sensibilidades porque remueven las sustancias grasas presentes; provocar problemas a los ojos como las conjuntivitis, además el uso de las lentes de contacto durante el empleo de solventes orgánicos es extremadamente peligroso por los vapores que pueden interactuar con los materiales de las lentes mismas.
Pasa siempre, cuando vienen expuestos todos estos argumentos en el aula, que surgen miradas furtivas y preocupadas. Ya sea para el que se entera por primera vez, como para los alumnos del curso de alta formación para los restauradores y también para los egresados y profesionales que frecuentan cursos de actualización profesional.
1.3 - como defenderse
Después este pasaje fundamental –novedoso o no para el alumno pero de todas formas habitualmente imprevisto– a través del conocimiento de los peligros, el primer impacto hacia el tema es poco placentero pero se transforma gracias a las siguientes consideraciones:
- Los efectos sobre la salud enlistados en la tabla dos son a largo plazo, esto no quiere decir que deban ser subestimados y es muy importante saber contra qué cosa se debe premunir [19] (Nota del traductor: juego de palabras en idioma italiano). Pero es también cierto que el desastre difícilmente puede suceder en modo repentino: en general acontece luego de una exposición de años para contraer las enfermedades indicadas.
- El valor del TLV-TWA se refiere a una “exposición” de 8 hs al día x 5 días a la semana: una rotación del personal o de tareas en el caso de una sola persona reduce la exposición y el riesgo [20]. Esto es un ejemplo de utilización del “componente organizativo” para la seguridad en el trabajo.
- Existen acciones “pasivas” que son posible adoptar siguiendo lo que está recetado en los cuatro componentes para la seguridad en el trabajo –organización técnica de procedimientos y comportamientos– en los cuales, por ejemplo, ponerse dpi (dispositivo de seguridad individual) como las máscaras con filtro– no comer y no fumar durante el uso de los solventes, airear y ventilar el ambiente, etc.
- Existen acciones “activas” que dependen esencialmente del conocimiento y de la conciencia adquirida a través de la información y el estudio que resultan –según cuanto está indicado en la componente técnica– de investigar y adoptar metodologías y técnicas de trabajo menos riesgosas, como por ejemplo, el uso del programa “triángulo interactivo de los solventes y la solubilidad©” disponible en el sitio ICCR [21] para la formulación de mezclas alternativas a los solventes tóxicos y cancerígenos. Y como el empleo de sistemas acuosos para sustituir los solventes orgánicos en la limpieza. Estos temas de la defensa (acciones) activa serán objeto de profundización en futuras publicaciones.
La contaminación por solventes orgánicos -como ya ha sido dicho- sucede no sólo por inhalación sino también por contacto con la piel; también en este caso es necesario el uso de otros dpi, guantes idóneos, además de la adopción de metodologías alternativas.
Finalmente existen productos y formulaciones que no tienen una volatibilidad espontánea a condiciones normales, como por ejemplo los biocidas: la evaluación de la toxicidad no puede ocurrir por medio del TLV–TWA como con los solventes orgánicos, se debe introducir nuevos parámetros, el DL 50 También llamada dosis letal 50-dosis mínimas por vía oral o cutánea que produce la muerte del 50% de la la población de cobayos usados para el test y el CL 50 –concentraciones en el aire que por inhalación produce la muerte del 50% de la la población de cobayos usados para el test –ambas relativas a una toxicidad a corto plazo [22].
En las tablas número 3 y número 4 están esquematizados los conceptos hasta aquí expresados.
Tabla número 3: definiciones de DL50 y CL50 y los intervalos relativos de riesgo
Algunas consideraciones sobre la tabla número 3
- Valores elevados de DL 50 y CL 50, así como para el TLV y el FP, indican bajo riesgo (es válido el ejemplo de la cilindrada del automóvil): entre dos formulaciones que dan prestaciones similares es mejor elegir la de DL 50 Y CL 50 más alto.
- El CL 50 se refiere a modalidad de absorción por vía inhalatoria en referencia a los casos en los cuales el producto viene suministrado mediante nebulizaciones.
Algunas consideraciones sobre la tabla número 4
- Es fundamental desde el punto de vista general, airear, aspirar, ventilar el ambiente para evitar la saturación de vapores de los solventes orgánicos, ya sea para combatir la contaminación por inhalación o ya sea para desfavorecer la inflamabilidad o estallido. A este fin existen campanas y brazos extractoras como está ilustrado en la figura número 1. De ser necesario, abrir también las puertas y las ventanas y salir.
- El hecho de la obligatoriedad de usar los DPI (Dispositivos de protección individual): máscaras con filtros idóneos, anteojos integrales en el caso de peligro de salpicaduras a los ojos, guantes, camisas, buzos, etc. Ver las figuras número 2 y número 3.
- No comer o beber en los ambientes contaminados y de ninguna manera sobre el lugar donde se usan los solventes orgánicos, porque las moléculas son llevadas más allá del normal límite inhalatorio alcanzando órganos internos. Para comer o beber es conveniente sacarse las camisas contaminadas y salir lavándose las manos y la cara antes de ingerir comida.
- Los filtros ABEK que se usan o se aplican sobre las máscaras son disponibles solas o combinadas, éstas tienen una capacidad inferior que las individuales, por lo tanto son económicamente una desventaja porque se saturan antes, pero en el caso del empleo de diversas clases de solventes o también de más de un operador es necesario el empleo de los combinados. Esto es el riesgo trasversal: ocurre que protegerse del riesgo inducido de los otros operadores además del propio: en caso de tareas diferentes simultáneas, usar el dpi idóneo para todas las contaminaciones; por ejemplo en presencia de un solvente orgánicos y de amoníaco se debe usar los filtros combinados A/K. En caso de utilización de un filtro A y uno K ubicados separadamente en la misma máscara, naturalmente la protección no es eficaz. Para el empleo de polvo es bueno usar el filtro P, que se utiliza también cuando se usa biocida: además del filtro universal ABEK es bueno insertar también el filtro P, porque el comportamiento de las partículas del biocida nebulizado se puede asimilar al del polvo.
- Es necesario utilizar tipos de guantes diferentes en relación a la compatibilidad con los productos químicos, de otra forma el material no idóneo del guante puede, aún estando aparentemente enteros, permear los reactivos que además tendrán un efecto veloz de disgregación del material mismo, con la consecuente contaminación por contacto de la piel. En la tabla número 5 son enumeradas diversas tipologías de guantes en relación a la compatibilidad con los productos químicos.
La seguridad ofrecida por los guantes depende del tiempo de permeabilidad respecto a las sustancias químicas a manipular. Un tiempo de permeabilidad más alto asegura una protección mejor. El contacto del látex sobre la piel o la inhalación de los polvos pueden provocar alergias.
Figura número 2: tipos de máscara y filtros para la protección contra la contaminación por inhalación.
1.4 - Volatilidad y contaminación inhalatoria:
Hasta ahora se ha evaluado la toxicidad sólo en base al TLV, y es lógico partir siempre de la comparación de los TLV–TWA para elegir entre varios solventes, pero es necesario considerar también que un solvente orgánico con un TLV–TWA alto y una elevada volatilidad evapora más velozmente y va a saturar el ambiente en un tiempo muy breve. En definitiva las preguntas que hay que responder son: ¿entre un solvente orgánico con valor de TLV–TWA y volatibilidad alta y un solvente TLV–TWA y volatilidad menor cuál es el más peligroso? ¿El solvente menos tóxico –TLV-TWA mayor– satura el ambiente más velozmente que aquel con TLV-TWA más bajo? Para responder a estas preguntas se deben introducir los conceptos de grado de evaporación relativa GER y peligrosidad relativa PR.
Un valor absoluto de la velocidad de evaporación de los solventes individualmente no es obtenible porque depende de múltiples parámetros [23], como presión de vapor (en determinadas condiciones ambientales), calor específico, entalpía de vaporización, velocidad de calentamiento, grado de asociación molecular, tensión superficial, masa molecular del solvente, turbulencia atmosférica, humedad atmosférica. Se podría valorar la volatilidad de los solventes en base a la temperatura de ebullición [24], a menor temperatura de ebullición corresponde una volatilidad mayor en una relación inversamente proporcional, según la clasificación enumerada en la tabla número 5:
Soy un párrafo. Haz clic aquí para agregar tu propio texto y edítame. Soy un lugar ideal para que cuentes una historia y permitas que tus usuarios conozcan un poco más sobre ti.
Una comparación entre las volatilidades de dos solventes en base a las respectivas temperaturas de ebullición es posible sólo si pertenecen a la misma clase de compuestos, por ejemplo alcoholes con alcoholes, cetonas con cetonas, pero no entre alcoholes y cetonas, etc. El agua y el 2-butanol hierven ambos -a CN- a 100ºC, pero no presentan idénticos valores de tensión de vapor (respectivamente 23 Hpa Y 17 Hpa).
Para tener la posibilidad de una comparación entre las volatilidades de los solventes es necesario recurrir al grado de evaporación relativa GER, que se obtiene midiendo la velocidad de evaporación relativa -a través de terminaciones conducidas en las mismas condiciones experimentales- respecto a una sustancia de referencia, que en Europa es el dietil-éter y en los Estados Unidos es el N-butilacetato [25]. El GER se define como el número de volúmenes de las sustancias de referencia evaporados en las condiciones ambientales y en los mismos tiempos en el cual evapora un volumen de la muestra examinada. El GER del dietil-eter mientras tanto se asume = 1. Un valor alto de GER significa que la velocidad de evaporación del solvente examinado es baja, en tanto que al mismo tiempo en el cual evapora un volumen de solvente en examinación se evaporan mucho del solvente de referencia: GER alto indica una baja velocidad de saturación del ambiente, por lo tanto menor contaminación y menor probabilidad de inflamabilidad o estallido. Una vez más el ejemplo de la cilindrada del automóvil es válida. Es posible una clasificación de la volatilidad en base al grado de evaporación relativa:
1- Solventes muy poco volátiles G.E.R. > 50
2- Solventes poco volátiles G.E.R.= 35 / 50
3- Solventes volátiles G.E.R = 10 / 35
4- Solventes muy volátiles G.E.R. < 10
Estos datos, como para cualquier otro parámetro aquí presentado, son en referencia a los solventes puros: en el caso de soluciones hay una disminución de la velocidad de evaporación, por ejemplo:
- Más alta es la afinidad entre soluto y solvente [26] y menor es la velocidad de evaporación del solvente de la solución.
- Los solventes evaporan más velozmente en soluciones de ésteres y éteres de celulosa respecto a soluciones de polímeros y resinas naturales [27].
Para tener una evaluación global del riesgo conocido de la contaminación de vapores de solventes orgánicos, que tenga en cuenta tanto la toxicidad intrínseca como la velocidad de evaporación, se introduce el parámetro de la peligrosidad relativa PR, que es dado por las combinaciones, o sea del producto, de los valores de los dos parámetros. También en este caso, a mayor valor mejor es el solvente: entre dos solventes con TLV-TWA idénticos es preferible, si las condiciones perativas requeridas para su empleo son favorables, aquel con una velocidad de evaporación baja o sea GER alto: la cilindrada más elevada ofrece prestaciones más confortables.
En la tabla número 6 son listados -para varios solventes- los valores de los parámetros hasta ahora expuestos.
(*) Los TLV (TWA) expresados en ppm, se refieren a ACGIH, salvo los productos en asterisco.
(“) mg/m3
(1): no clasificable como cancerígeno para el hombre.
TLV = TLV-TWA: valor límite de base (ppm, 8 horas al día – 5 días a la semana)
G.E.R. = grado de evaporación relativa (referidas al dietil-eter)
P.R. = Peligrosidad relativa (TLV x G.E.R.)
Te = temperatura de ebullición (°C)
FPa = Flash Point (temperatura de inflamabilidad °C) a contenedor abierto
FPc = Flash Point (temperatura de inflamabilidad °C) a contenedor cerrado.
I TLV (TWA) expresados en ppm, se refieren a ACGIH
(1): no clasificable como cancerígeno para el hombre
(2): cancerígeno para los animales
(3): cancerígeno para el hombre
TLV = TLV-TWA: valor limite de base (ppm, 8 horas al día – 5 días a la semana)
G.E.R. = grado de evaporación relativa (referida al dietil-eter
P.R. = Peligrosidad relativa (TLV x G.E.R.)
Te = temperatura de ebullición (°C)
FPa = Flash Point (temperatura de inflamabilidad °C) a contenedor abierto
FPc = Flash Point (temperatura de inflamabilidad °C) a contenedor cerrado.
Tabla numero 6: valores de inflamabilidad, toxicidad, grado de evaporación y peligrosidad relativa.
Algunas consideraciones sobre los datos de la figura N° 6:
- Con respecto a un mismo solvente, el valor de Flash Point (a contenedor abierto) es mayor respecto al FPc (a contenedor cerrado): la inflamabilidad es menor con el contenedor abierto, ya que las moléculas de los agentes de la reacción -vapores de solvente y oxígeno- tienen mayor probabilidad de provocar la reacción de combustión en un volumen más pequeño.
- El significado de la peligrosidad relativa PR es dado por ejemplo con la comparación entre dos alcoholes etanol e isopropanol; desde el punto de vista de sus respectivos valores de TLV-TWA resulta que el isopropenol es 5 veces más tóxico que el etanol, mientras desde el punta de vista del GER se observa que el etanol es casi 3 veces más volátil que el isopropanol. La volatilidad más elevada del isopropanol compensa su mayor toxicidad respecto al etanol. La comparación de los valores de los respectivos PR nos permite verificar que en realidad la peligrosidad global del isopropanol es solo 2 veces y no 5 veces como está indicado de su TLV-TWA. [28]
- Los solventes remarcados en verde presentan valores de TLV-TWA entre 200 y 1000 ppm, bien arriba del valor de 100 ppm, valor mínimo del intervalo de los solventes de baja toxicidad, y es por ello que han sido incluidos en el programa "Triángulo interactivo de los solventes y de la solubilidad©" para la elaboración de mezclas alternativas a los solventes tóxicos y cancerígenos.
Generalmente, en este punto considero necesario presentar una poesía (de autor desconocido) para bajar las tensiones y elevar los ánimos, dando una perspectiva esperanzada sobre la capacidad de cambio:
Risveglio
Qualunque fiore tu sia, quando verrà il tuo tempo, sboccerai.
Prima di allora, una lunga e fredda notte potrà passare.
Anche dai sogni della notte trarrai forza e nutrimento.
Perciò sii paziente verso quanto ti accade e curati e amati,
senza paragonarti o voler essere un altro fiore,
poichè non esiste fiore migliore di quello che s’apre nella pienezza di ciò che è.
E quando ti avverrà, potrai scoprire che andavi sognando di essere un fiore che aveva da fiorire.
Despertar (Nota de la revista: La siguiente es una aproximación al contenido de la poesía)
"Cualquiera sea la flor que seas , cuando tu tiempo llegue, florecerás/
Antes de ello, una larga y fría noche podrás pasar.
Tambien de los sueños de la noche, traerás fuerza y nutrientes
Por eso sé paciente con todo lo que te sucede y cuídate y ámate,
sin compararte o desear ser otra flor,
Porque no existe una flor mejor que aquella que se abre en la plenitud de lo que es.
Y cuando te suceda podrás descubrir que estabas soñando ser una flor que iba a florecer.
En el próximo trabajo se afrontaran los riesgos conocidos a la manipulación de ácidos, bases, oxidantes, polvos, a la compatibilidad entre las diversas clases de sustancias químicas, a la lectura de las fichas técnicas y de seguridad, a los procedimientos de almacenamiento de los productos, a la nomenclatura, a la recolección, y a la eliminación de los desechos, con el objetivo final de presentar el “triángulo interactivo de los solventes y de la solubilidad ©” y los sistemas acuosos para sustituir en la limpieza los solventes orgánicos.
REFERENCIAS:
[1] En Italia la seguridad del trabajo es regulada por el tratado único 81/08 y anteriormente por la ley 626/94
[2] El ámbito de competencia de los restauradores hoy deben ser necesariamente técnico científico, además de históricos, humanísticos y artísticos, para enfrentar en forma consciente las problemáticas que una intervención conservativa presenta
[3] Desde ya algunos años en Italia la formación de los restauradores ha estado abierta también en universidad y academias de bellas artes acreditadas, en algunas de las cuales enseño química sin embargo en años sucesivos al primero.
[4] Para condiciones ambientales normales – cn – si se entienden por convención la presión 1 ATM y 20 ºC.
[5] Los argumentos a continuación ilustrados hacen referencia a la ficha sobre: “ riesgo químico en el laboratorio y en la obra de restauración” disponible en el sitio del ISCR
http://www.iscr.beniculturali.it/documenti/allegati/RISCHIO%20CHIMICO%20NEL%20RESTAURO.pdf
[6] Casi todos los compuestos orgánicos al contacto con el oxígeno están en condiciones de tener una reacción de combustión, como ha sido ejemplificado con el metano, el más simple de los hidrocarburos: CH4 + O2 à CO2 + H2O + calor
[7] Desde el punto de vista químico no hay diferencia entre la llama y el estallido, la reacción es idéntica pero cambia la cinética química, o sea la velocidad a cual se desarrolla: en el estallido al contrario que en la llama las moléculas reaccionan todas en un tiempo brevísimo.
[8] Presión que el vapor saturado en equilibrio con un líquido ejerce sobre superficie del líquido, mismo en un contenedor cerrado. Se define la temperatura de ebullición como la temperatura a la cual la presión de vapor es igual a la presión atmosférica: por ejemplo para el agua es igual a los 100ºc.
[9] El calor ambiental provee energía útil al líquido para evaporar y las moléculas de vapor tendrán una energía cinética tanto mayor cuanta más alta la temperatura del ambiente. Algunas moléculas a energía cinética más alta podrán encontrarse/desencontrarse con moléculas de O2, con una energía suficiente para vencer la repulsión recíproca de las barreras electrónicas e iniciar la reacción de combustión descripta en la nota 4 aportando la energía térmica necesaria para la propagación de la reacción a las moléculas vecinas.
[10] Para un solvente poco tóxico más tolerado del punto de vista de la salud, es aceptable una concentración elevada en el ambiente: TLV elevado
[11] TWA: Time Weighted Average
[12] STEL: Short Term Exposure Limit
[13] Concentración expresada en p/v
[14] Concentración expresada en v/v - ppm, parte por millón. 1 ppm equivale a 1 ml/mc: 1 metro cúbico equivale a 1000 litros, cada litro equivale a 1000 ml, por lo tanto 1 metro cúbico equivale a 1.000.000 de ml de los cuales un mililitro es la millonésima parte de un metro cúbico, 1 ppm.
[15] Un mol de cualquier gas ocupa un volumen de 24,45 litros a una temperatura de 25°C y a la presión de 1 atm.
[16] Es posible la medición de la concentración de gas y vapores en aire por medio de dispositivos portátiles relacionadas con ampollas de revelación de cerca de 200 sustancias también a diversos intervalos de concentraciones.
[17] Las variaciones de los valores del TLV-TWA son actualizadas anualmente por el ACGIH American Conference of Governmental IndustriaI Hygienists
[18] Hay que tener en cuenta que la respuesta individual a las exposiciones depende de muchos factores, como la masa corpórea y la respuesta inmunológica que pueden disminuir por ejemplo después de una enfermedad.
[19] Pre – munir: fortificar preventivamente los muros (moenia en latin) preparar una defensa en previsión a un ataque.
[20] La difusión constante de los autoservicios de combustible tiene también el objetivo de disminuir la contaminación de los empleados.
[21] http://www.iscr.beniculturali.it/flash/progetti/TriSolv/TriSolv.html
[22] En las fichas de seguridad de los solventes orgánicos están presentes TLV, DL 50 y CL 50, mientras que por ejemplo para los biocidas no está presente el TLV, relativo sólo a los productos volátiles.
[23] Se omiten las definiciones – que por otro lado son fácilmente accesibles en los textos científicos en línea – para no sobrecargar el texto.
[24] La temperatura de ebullición es indicativa de la fuerza de enlace intermolecular: más alta y mayor es la energía necesaria – bajo la forma de calor – para separar las moléculas en el pasaje de estado líquido a vapor.
[25] Una publicación interesante con los datos de evaporaciones relativas al N-BUTILACETATO y otros parámetros- disponible: www.huntsman.com/performance_products/Media%20Library/a_MC348531CFA3EA9A2E040EBCD2B6B7B06/Products_MC348531D0B9FA9A2E040EBCD2B6B7B06/Carbonates_MC348531D1109A9A2E040EBCD2B6B7B06/files/jeffsol_alkylene_carbonates_comparative_solvents_data.pdf
[26] En este caso la posición del solvente en el triángulo de solventes hace referencia al área de solubilidad de la sustancia.
[27] El altísimo número de interacción aún de baja energía – presentes entre el solvente y el soluto de las soluciones de polímeros y resinas naturales- disminuye la velocidad de evaporación del solvente.
[28] ¿Para reducir la contaminación es oportuno usar sólo solventes con GER mayor a 50 para contrarrestar la toxicidad? No, una baja volatilidad en general corresponde a una alta retención – véase el ejemplo con la esencia de trementina – y esto debe evitarse para no dejar de agitar el solvente sin control dentro de la preparación por tiempo indeterminado.