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llevar luz a la oscuridad -

Un abordaje de las obras lumínico-cinÉticas de Julio Le Parc en la Colección Daros Latinamérica

Por Käthe Walser

Conversa tiene el agrado de publicar los artículos ‘Llevar Luz a la oscuridad. Un abordaje de las obras lumínico cinéticas de Julio Le Parc’ y ‘Saltar a la acción. Una aproximación a Lumière sur ressort’ cortesía de la Fundación Daros Latinoamérica y de los autores.

Los dos artículos han sido originalmente publicados en el catálogo Le Parc Lumière, Kinetic Works, Works by Julio Le Parc in the Daros Latinamerica Collection. (Obras cinéticas)

Cuando en 2004 Daros Latinamerica comenzó a planear una exposición dedicada a la obra lumínico-cinética de Julio Le Parc, nadie tenía una idea precisa de en qué consistía aquel conjunto de trabajos de los años sesenta y tempranos setenta. Una primera visita al taller del artista no aportó sino escasa luz al interrogante de cómo funcionaban las obras y qué aspecto tenían dado que, salvo en un caso, todas estaban desarmadas y almacenadas en diferentes depósitos. Años de olvido habían cobrado su tributo a todas y cada una de las piezas.

 

Con ayuda de viejas reproducciones y de algunos textos de Le Parc [1] comenzó a surgir un panorama y con éste una creciente expectativa por lo que podría descubrirse.

 

Para la muestra se transportaron a Zúrich los componentes individuales de unas cuarenta obras. Un cúmulo de cajas negras, marcos, bombillas, lámparas halógenas, cables, motores y otros materiales. La reconstrucción se llevó a cabo con Julio Le Parc y su colega y amigo Eduardo Rodríguez, también argentino. [2]

 

El trabajo para la muestra implicó mucho más que el montaje de las distintas piezas: fue un proyecto colectivo e interdisciplinario, una reunión de saber técnico y experiencia artística que combinó el abordaje artesanal de antiguas generaciones con los recursos que hoy ofrecen los nuevos medios. [3]

El carácter de estas obras lumínico-cinéticas sólo se evidenció cuando se apagó la luz de la sala y se accionó el interruptor de la caja de madera; cuando pudo oírse el tic-tac del motor eléctrico y finalmente la luz surgió de la caja negra y chocó contra la superficie reflectora de acero inoxidable. Sólo entonces pudieron verse tales obras en toda su materialidad e inmaterialidad. Este proceso tiene algo de mágico y se produce de forma novedosa cada vez que se ponen en marcha trabajos lumínico-cinéticos de Julio Le Parc.

 

Las obras cinéticas de Le Parc son objetos e instalaciones fabricados con los materiales más simples. [4] Surgieron de su interés por experimentar con materiales, un proceso en el que Le Parc exploraba las leyes físicas empleando dispositivos mecánicos.[5] Aquí cabe mencionar que en los comienzos de su carrera Le Parc, se sintió atraído por la pintura constructivista, inspirado por Victor Vasarely y otros exponentes del Op Art.[6] Le Parc considera que sus secuencias pictóricas y sus progresiones de formas geométricas, iniciadas a finales de los años cincuenta, constituyen sus primeros ensayos de arte cinético.[7] Más tarde, cuando aumentó su interés por el arte que se concentraba en estructuras de superficie, continuó esos experimentos junto a otros miembros del GRAV.[8]

Durante el proceso de ensamblaje de los trabajos de Le Parc resultó evidente que existía una clasificación intrínseca a su obra, que podía dividirse en “móviles”, “ obturadores”, “materiales impulsados mecánicamente” y “lámparas móviles”.

 

El término “móviles” se refiere a obras en las que Le Parc tomó el concepto de estructura de superficie, en su origen asociado con la pintura, y le dio forma material. El movimiento, la luz y los reflejos se usan aquí aún de forma “incontrolada”. Pequeños pedazos de acero inoxidable o de acrílico, sujetos a hilos de nylon, están dispuestos verticalmente en líneas paralelas para formar una trama delante de un panel blanco o negro. Basta una suave corriente de aire para que los cuadraditos se pongan en movimiento y hacer que reflejos de luz natural o artificial bailen por toda la sala. [9]

 

El trabajo Continuel-lumière au plafond, que ocupa una sala entera, pertenece a esta categoría. Una plancha de madera blanca de 4 x 4 metros está afirmada al cielo raso y de ella cuelgan 576 cuadraditos de acero inoxidable sujetos a cortos hilos de nylon. Dos reflectores los alumbran desde los lados y generan un juego de reflejos y sombras en el panel y en las paredes. Es interesante cómo Le Parc cambia el usual plano de observación vertical en uno horizontal e invita a los visitantes a acostarse en un sofá y a observar el fenómeno desde abajo. Le Parc utiliza un principio similar en Lumière en mouvement – Installation, pero en este caso los reflejos son atrapados por un extenso arco cóncavo. Otro abordaje de los “móviles” puede verse en Cellule à pénétrer y Cellule avec miroirs curves et lumière en mouvement, dos ejemplos de un móvil “espacial”. Estos tienen la forma de celdas laberínticas de 3 x 6 x 3 metros que pueden ser atravesadas por los visitantes para sumergirse en una experiencia plenamente física.

 

Las obras de la categoría “obturadores” tienen sus raíces en la tradición cinética de los años veinte. [10] Son trabajos construidos del mismo modo que el resto pero con diferentes superficies de proyección. Un ejemplo es Continuel-lumière cylindre. El mecanismo consiste en una caja de madera negra en la que hay un motor eléctrico y un juego de engranajes. Mediante un eje y una correa de transmisión, el motor empuja obturadores cilíndricos segmentados u obturadores de discos y se produce la impresión de una fuente de luz móvil. La luz se proyecta a través de las ranuras de los obturadores, que están superpuestos y giran en sentidos opuestos.[11] 

Tales obturadores de discos rotatorios también se aplican en la técnica cinematográfica.[12] En Continuel-lumière cylindre la luz es proyectada en un tambor hueco pintado de blanco, de modo que puede ser reflejada desde todos los costados. Le Parc se sirve aquí de la ley de reflexión, según la cual el ángulo de incidencia y de reflexión son iguales. La superficie no sólo refleja los rayos de luz incidente, sino también los reflejados, y crea así un ciclo infinito de reflejos que paulatinamente se van esfumando. Esto produce “dibujos de luz” de gran encanto poético.[13]

 

Lumière visualisée y Lumière verticale visualisée – Installation combinan las categorías de “móviles” y “obturadores”. Utilizan el obturador cilíndrico, pero están construidas como un móvil: cortinas translúcidas de diferentes tamaños cuelgan del techo; la luz que las atraviesa crea la impresión de un espacio infinito. La categoría “materiales impulsados mecánicamente” comprende obras (por ejemplo, Continuel-lumière avec formes en contorsions) en las que motores activan elementos de madera o metal a los que se han sujetado tiras de acrílico y de aluminio reflector o coloreado a fin de crear un efecto lumínico determinado. Le Parc utilizó este principio en una etapa temprana de su carrera, cuando experimentaba de modo sistemático con maquetas.

 

En la cuarta categoría, “lámparas móviles”, Le Parc ha utilizado los recursos técnicos que ofrecen las fuentes de luz. En Lumières alternées pequeñas bombillas bimetálicas están dispuestas en las ondas que forman hojas de aluminio dentro de una caja de madera. Los destellos de las bombillas producen contra el aluminio ondulaciones de luz que se despliegan en la superficie blanca del fondo. En 1993 Le Parc revisitó esta técnica en una escala mayor, utilizando los más recientes avances en la tecnología electrónica para tener más control sobre el encendido y el pagado de las luces, lo que permitió que los efectos lumínicos cubrieran paredes enteras.

 

Lumière en vibration – Installation es el único trabajo de la colección en el que la lámpara misma está en movimiento. Consiste en una caja de madera abierta, puesta en el suelo, en la que hay dispuesto horizontalmente un resorte de torsión en forma de U. Una lámpara halógena está sujeta a ambos extremos del resorte que está conectado a una biela que, una vez activada, hace que el resorte y la lámpara se muevan en todas las direcciones. Sobre la caja de madera hay una tapa hecha de cintas metálicas negras, a través de la cual la luz sale en tres direcciones, y del cielo raso cuelgan 111 cortinas translúcidas de finas telas blancas que capturan los efectos de luz. Durante la exposición, Daros Latinamerica decidió adquirir las 41 obras exhibidas.

Debido a su antigüedad y a largos períodos de préstamo, todas se encontraban en delicado estado técnico. Entonces se inició el prolongado y continuo proceso de búsqueda de materiales adecuados para su conservación; se hicieron así largas listas de compra para las diferentes lámparas y piezas. Se estableció contacto con talleres mecánicos que fueran capaces de encargarse de la reparación y el mantenimiento de los motores, engranajes y resortes. Fue necesario reemplazar cables e interruptores quemados y se hicieron nuevas correas de transmisión a medida. Pues con la falta del componente más diminuto la obra ya no puede funcionar y se vuelve, por decirlo de algún modo, inexistente. Se grabaron en video las obras que tienen efectos lumínicos impulsados mecánicamente, a fin de tener, como futura referencia, evidencia documental de su forma, velocidad y dirección.

 

Además, se tomaron fotografías de todos los trabajos, durante y después de la exposición, en los espacios oscuros para mostrar los efectos lumínicos y a plena luz del día para poner de manifiesto sus partes y materiales constitutivos. Esta documentación representa la base del continuo programa de mantenimiento de la colección.

 

La información se compiló en un registro que incluye una descripción de la obra, un inventario de todas sus piezas, una valoración de su estado y un bosquejo de su preservación. Ineludible fue también elaborar un sistema para el mantenimiento y la administración de los repuestos. El proceso de documentar y conservar los trabajos lumínico-cinéticos de Julio Le Parc nunca concluye y su final siempre es abierto, es una tarea que implica modificaciones y revisiones permanentes. El desafío a enfrentar reside en la inestabilidad intrínseca de los materiales; en este sentido, las obras son tan frágiles como el efecto que producen. Ambos, medio y efecto, son efímeros: existen en un estado de flujo en el que lo único constante es la fugacidad.

Referencias

 

[1] Cf. Julio Le Parc, “Continuels-mobiles, Lumière”, en Jean-Louis Pradel, Julio Le Parc (Milán: Severgnini, 1995), pp. 73, 103–105.

[2] También participaron Hans-Michael Herzog, Felicitas Rausch, Christian Schöni, Stephan Schneider, Mutz Kurt Stegmann, Walter Eigenheer, Ernst Arnold, Zoe Tempest, Hanspeter Keller.

[3] Uno de los grandes difusores del arte cinético, Frank Popper, dijo: “Siempre pensé que el conocimiento técnico o la experiencia técnica eran indispensables para una comprensión más profunda de las obras de arte, y he estado a favor de poner el mismo énfasis en los procesos de creación que en la obra de arte de final abierto”.

Cita de una entrevista realizada entre el 17 de junio y el 28 de julio de 2003, publicada como “Origins of Virtualism: An Interview with Frank Popper Conducted by Joseph Nechvatal”, en Art Journal (CAA), primavera 2004, pp. 62–77. La versión completa sin editar puede encontrarse en www.eyewithwings.net/ nechvatal/popper/intervewww1.html (mayo de 2013).

[4] Cf. los comentarios en la entrevista de Hans-Michael Herzog con Julio Le Parc, pp. 225 – 228 de esta publicación.

[5] Véase el ensayo de Frank Popper, “Le Parc et le problème de groupe”, que puede encontrarse en la página web www.julioleparc.org/fr (mayo de 2013).

[6] Cf. lo dicho en el diálogo entre Hans Ulrich Obrist y Julio Le Parc, publicado como “Entretien”, en Julio Le Parc, cat. exp., Palais de Tokyo, París (París: Skira Flammarion, 2013), pp. 83–107.

[7] Véase Frank Popper, Die Kinetische Kunst. Licht und Bewegung. Umwelt- kunst und Aktion (Colonia: Du Mont, 1975), p. 15.

[8] GRAV: Groupe de Recherche d’Art Visuel, 1960–1968: Horacio García-Rossi, Julio Le Parc, François Morellet, Francisco Sobrino, Jöel Stein y Yvaral (Jean-Pierre Vasarely).

[9] Cf. Douglas Davis, Art and the Future: A History/Prophecy of the Collaboration Between Science, Technology, and Art (Nueva York: Praeger, 1973), p. 25; Frank Popper, op. cit., p. 71; Franz Meyer, “Transform-Stationen”, en Transform:

BildObjektSkulptur im 20. Jahrhundert, cat. exp., Kunstmuseum y Kunsthalle Basel (Basel: Kunstmuseum, Kunsthalle Basel, 1992), pp. 8–14.

[10] Cf. Douglas Davis, op. cit., p. 29.

[11] El obturador de disco rotatorio consiste en una placa circular dividida alternadamente en sectores luminosos y oscuros que sirve para cubrir el paso de un cuadro a otro de la película durante su transporte. En el caso de las cámaras de filmación, puede controlarse la velocidad de rotación y regularse la disposición de los sectores circu- lares, también puede regularse, dentro de ciertos límites, el tiempo de exposición. En el caso de los proyectores, se puede duplicar o incluso triplicar la frecuencia de proyección para evitar parpadeos en la imagen. Hay obturadores de disco, obturadores cónicos y obtura- dores de cilíndricos.

[12] Frank Popper (op. cit., p. 62) y antes que él Ramsbott se refirieron a la afinidad entre cine y obras lumínicocinéticas; véase también el Manifeste jaune de K. G. Pontus Hultén, publicado como folleto con ocasión de la muestra Le Mouvement, Galería Denis René, París, 1955.

[13] Julio Le Parc también utiliza la técnica del obturador cilíndrico en su obra Lampe projectée, de 1966. El aparato consiste en una bombilla encerrada dentro de un cilindro que gira muy velozmente. Funciona igual que un proyector cinematográfico, pero la imagen proyectada es la de la bombilla de luz.

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