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La digitalización como parte de un plan integral de conservación. Notas sobre el doble filo de la digitalización en los Archivos

Por Rocío Caldentey, Carolina Schmid y Mariana Nazar  (Archivo General de la Nación - Depto. Archivo Intermedio)

Ponencia presentada en I Encuentro de Conservación y Digitalización organizado por el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo. Buenos Aires, Septiembre de 2016

Rocío Caldentey 

Profesora en enseñanza media y superior en Historia (UBA) y archivista (ISFDT Nº 8). Actualmente se encuentra realizando su investigación de maestría en Historia (Udesa). Desde 2010 se desempeña en el Departamento Archivo Intermedio del Archivo General de la Nación donde realiza tareas de identificación, clasificación y descripción archivística y conservación preventiva.

Carolina Schmid

Museóloga (Escuela Nacional de Museología). Ha finalizado la cursada de la Maestría en conservación-restauración de bienes artísticos y bibliográficos (UNSAM) y su tesis se encuentra en proceso de redacción. Desde 2007 se desempeña como Asistente técnica del Área de Conservación del Archivo General de la Nación pasando en 2011 a cumplir sus funciones en el Departamento Archivo Intermedio; donde se ha especializado en el tratamiento de documentación de archivo en soporte papel.

Mariana Nazar

Profesora y Licenciada en Historia (UBA) y archivista (ISFDT Nº 8) actualmente se encuentra realizando su investigación doctoral en Historia (UdeSA). Se desempeña desde 1998 como Asistente técnica en el Departamento Archivo Intermedio del Archivo General de la Nación, donde desde el año 2010 coordina el programa de capacitación. 

Introducción

Esta breve y sintética presentación tiene por finalidad convocar una serie de reflexiones sobre los sentidos y presupuestos a partir de los cuales, los profesionales que nos desempeñamos en el ámbito de la preservación y acceso al patrimonio documental, pensamos la digitalización. Diciéndolo de otro modo, repreguntarnos acerca de qué lugar le otorgamos en la planificación de nuestras tareas.  

 

Para ello presentaremos y analizaremos una serie de problemas recurrentes que hemos podido identificar en nuestra tarea cotidiana que derivan de la ausencia de especificidad en el tratamiento de los documentos de archivo a la hora de realizarse sobre ellos tratamientos de conservación, presentando particularmente casos vinculados a procesos de digitalización.

Luego, insistiremos en la necesidad de abordar las problemáticas de preservación desde una mirada integral y una perspectiva interdisciplinar presentando posibles variables a tener en cuenta a la hora de realizar una planificación de tareas.

 

 

La digitalización como varita mágica

Incluso desde antes de que las tecnologías digitales hubieran pasado a formar parte de nuestro mundo doméstico cotidiano se instaló la idea de que la digitalización de documentos puede resolver todos los problemas de acceso y preservación con un simple y sencillo proceso: pasarlos por un scanner o tomarles la fotografía apropiada.

No podríamos contabilizar la cantidad de veces que hemos recibido consultas de Archivos históricos que están interesados en saber qué scanner utiliza el AGN y con qué software se maneja, consultas que llegan mucho antes de que estas mismas instituciones pudieran identificar qué tipos de fondos documentales preservan, cuáles son sus fechas extremas, sus metros lineales o las funciones de la institución productora… La digitalización ha aparecido en el mundo de los Archivos como la tarea salvadora del caos, de la manipulación excesiva y de la necesidad de recorrer largas distancias para encontrarnos con la información deseada.

Sin embargo, la digitalización no hace magia… Es sólo un sistema de reprografía: la posibilidad de realizar una copia de información, contando con mayores potencialidades de reutilización.

Como no es intención de este escrito develar las razones por las cuales se instaló este fenómeno que podríamos denominar “de pensamiento mágico” respecto a la digitalización, nos vamos a dedicar a sistematizar los problemas que encontramos en la aplicación de tratamientos de digitalización en Archivos.

Para ello, en primer lugar debemos insistir en una aclaración: los documentos de Archivo (esto es: los que fueron generados por instituciones o personas en el desarrollo de determinadas misiones o funciones), requieren de tratamientos específicos, tanto en materia de conservación, como de identificación, clasificación, descripción y digitalización.

Siendo que esta problemática ya fue abordada en el IV Encuentro de Conservación,[1] sólo mencionaremos que las particularidades del documento de archivo respecto a otros tipos de documentos se relacionan con:

  1. La función social del Archivo (preservar posibles fuentes para la Historia de la sociedad, pero también para la memoria de la institución productora y como garantía en el ejercicio de derechos ciudadanos)

  2. Las posibilidades que estas particularidades brindan para la planificación del trabajo en forma multinivel (un fondo documental es una totalidad en sí mismo, no es sólo la suma de documentos individuales) y con

  3. El hecho de que los documentos de archivo no sólo preservan información literal, sino que también “contienen” información contextual que puede ser eliminada sin dejar rastros si se altera el principio de procedencia, el de orden original o el de integridad de dicho fondo. Ésta problemática fue abordada en el trabajo mencionado como prácticas de disociación de información.

 

En el siguiente apartado presentaremos la identificación de casos de disociación a partir de prácticas de digitalización.

 

La pérdida de información como resultado no deseado de tareas de digitalización

Siendo que actualmente estamos llevando a cabo una serie de investigaciones referidas a esta temática, estamos usando provisoriamente el término disociación para referirnos a la separación o pérdida del vínculo archivístico. Esta ruptura puede darse entre un documento simple que era parte de un documento compuesto; entre una unidad documental que era parte de una serie o en relación a un fondo documental, viéndose por ello afectada la autenticidad, recuperabilidad, integridad y fiabilidad y limitando a su vez las potencialidades informativas del documento.

En ese sentido, hemos detectado una serie de problemas de disociación a partir de la realización de tareas de digitalización que quisiéramos reseñar.

En primer lugar, cabe decir que los siguientes ejemplos de problemas de disociación pueden identificarse ya sea en la generación de documentos digitalizados de fondos, secciones y series que se encuentran íntegros (es decir, que en su tratamiento archivístico se han realizado aquellas tareas que respetan los principios de la disciplina) o bien en la generación de documentos digitalizados de grupos documentales a los cuales se le han aplicado tratamientos que terminaron siendo perjudiciales para su integridad y fiabilidad. Esta aclaración es importante para tener en cuenta que no siempre los problemas de disociación en la digitalización se producen como consecuencia de que la documentación no se encontraba correctamente tratada. A continuación presentaremos algunos ejemplos.

 

A.  La disociación como resultado del desconocimiento archivístico: disociación por omisión

Entendemos a este tipo de disociación como la que se produce por causa del tratamiento de documentos de archivo en forma individual sin respetar el contexto de producción de los mismos. Esto implica, asimismo, que no nos referiremos a los inconvenientes que puedan darse con el soporte original durante el proceso de digitalización en relación a malas prácticas.

Como señalamos anteriormente, esto puede suceder como “continuación necesaria” del tipo de tratamiento que se le dio a la documentación en su soporte original o porque en el proceso de digitalización se generó un “banco de imágenes” a partir de la digitalización indiscriminada de documentos, como fotografías, sin reconocer la organicidad del conjunto documental que les dio origen.

 

A. 1. La disociación en relación a la identificación    

     A. 1. a. De pertenencia al fondo 

Este tipo de ruptura se produce cuando no queda registro del fondo documental al que pertenecen los documentos digitalizados. Puede darse a partir del orden en el que se conservan las imágenes digitalizadas o, en los casos más frecuentes, por la ausencia de registro del código de referencia de ese documento y/o la ausencia de metadatos que permitan recuperar la información de procedencia. Es el caso en el que se digitaliza en forma masiva al estilo “fotocopiadora”. Las imágenes son guardadas con nombres como 0001, 0002, etc.

 

    A.1. b. De la identificación externa de las unidades de conservación

También puede relacionarse con la ausencia de digitalización o informatización de la información que contiene la identificación externa de las unidades que conservan los documentos. Ya sean cajas, o unidades documentales mayores.

Un ejemplo de este tipo de problema estaría dado cuando no se considera relevante digitalizar o informatizar los contenedores originales de la documentación (ya sea por formatos “incomodos” para la digitalización o porque la información que se halla en los mismos no se considera relevante en un momento dado). Un sobre o una pequeña caja como unidad de conservación, o al interior de una unidad de conservación, puede tener información que quizás hoy no parezca importante, pero para quienes accedan al material digitalizado es fundamental. Pensemos en los sobres de un archivo gráfico  que contienen fotografías, recortes y clichés. No digitalizar los sobres que contienen información, implica “desarmar” la unidad documental, borrar rastros sobre cómo la entidad productora agrupó ese material. Implica una pérdida de información inmaterial.

    A.1. c. Disociación de su vínculo con el instrumento de descripción.

​Se produce cuando se digitalizan los documentos y no se “toma” la información que contienen los instrumentos de descripción para cargar los metadatos descriptivos. O no se asocian a las imágenes. De esa forma, se pierde información valiosísima para recuperar.

 

A. 2 La disociación en relación a la ordenación

A. 2. a. La disociación en relación a la ruptura del orden original de las unidades de conservación

Este tipo de disociación puede hallarse en aquellos casos donde la digitalización no respeta el orden original de producción de los documentos. Esto podría producirse por diferentes causas: porque las unidades de conservación no estén bien identificadas (porque se perdieron las etiquetas o porque se realizó un cambio de unidad de conservación y no se las identificó correctamente, etc.), porque la digitalización siguió un orden físico que no se corresponde con el orden original (por ejemplo, cuando hay documentación de un mismo fondo en distintos depósitos o en distintas estanterías), porque se le dio prioridad a la digitalización de determinados formatos en relación a otros, entre otros.

 

    A.2. b. La disociación en relación a la ruptura del orden original al interior de las unidades de conservación

Este tipo de disociación puede suceder por diversos  motivos. Piénsese  en el caso de una caja o legajo que contiene en su interior no solo expedientes sino también sobres con documentos en su interior. Sólo la intervención realizada en conservación, al retirar los ganchos y vaciar el sobre para poder digitalizar todo el material, presupone una modificación: lo que estaba dentro del sobre debe colocarse después o antes (dependiendo de quien tome la decisión durante el proceso) de la digitalización misma del sobre. Esta disociación también podría ocurrir cuando se deciden separar determinados formatos de documentos y colocarlos encima del resto de la documentación para facilitar su conservación.

 

A.3. La disociación en relación a la deficiencia en la descripción realizada durante la digitalización

Las tareas de identificación y clasificación se presentan como necesarias absolutas para la descripción durante los procesos de digitalización. De lo contrario, se produce una  disociación por imposibilidad de “recuperar” los documentos digitalizados (por mala identificación, mala clasificación, mala descripción).

Podríamos ejemplificar este tipo de disociación a través de distintos casos. Por lo general, podemos identificar este problema como un “arrastre” de unos a otros.

Al realizarse inadecuadamente la identificación, vamos a presentar una clasificación ineficiente y la descripción será inadecuada:

Por ejemplo: en un fondo documental de una empresa que contiene libros de registro, todos han sido denominados y presentados en el cuadro de clasificación como “libros índices”, y se han digitalizado por orden cronológico. Al revisarlos, comprobamos que hay libros de registro diario de trabajo, libros índices de clientes, libros índice de proveedores, etc. Al haber sido identificados como algo que no eran, se clasificaron de esa forma en el formato digital y se describieron así; lo que conlleva que se pierda información relevante para todo el fondo documental. Al encontrarse un usuario con una lista de documentos digitalizados donde figuran, por ejemplo, 10 libros de índices, esa persona podría haber descartado el material al considerar que los índices no son relevantes para su investigación, perdiendo de esta manera la posibilidad de que se utilicen los libros de registro diario que contienen mayor cantidad de información.

 

B. La disociación como consecuencia de los aislamientos preventivos de conservación que no se “resuelve” en la instancia de “orden” de los documentos digitalizados

Un ejemplo de este tipo de disociación suele ocurrir cuando los documentos a digitalizar presentan distintas materialidades o distintos estados de conservación y se procede a separarlos para “asegurarse” una correcta digitalización. Pensemos por ejemplo en un fondo fotográfico con fechas extremas amplias (desde fines de siglo XIX  a mediados del siglo XX) que presenta en su interior diversos soportes fotográficos como resultado de distintos procedimientos. Si encontramos negativos en placas de vidrios y en acetatos o nitratos, quizás se considere que estos materiales necesitan condiciones de digitalización distintas. Puede ocurrir que para facilitar la digitalización primero se digitalicen aquellos documentos con características similares y luego los demás. Si esto luego no se corresponde con un reordenamiento en las imágenes digitalizadas que reproduzca el cuadro de clasificación  (respetando el orden se las series producidas) puede generar  no solo pérdida de la información sino también que no pueda comprenderse la lógica de producción del material. Otro ejemplo podría ser el del tratamiento que se le dio en el AGN al fondo particular denominado como “Juan Domingo Perón”, compuesto preponderantemente por correspondencia que, en su gran mayoría, contenían tarjetas de presentación y  fotografías. En algún momento de su historia archivística se separaron las cartas de las tarjetas y las fotografías, rompiendo de esta manera el orden original y la integridad del mismo. La digitalización del material se realizó sin intentar reconstruir digitalmente el orden, perdiéndose de esta manera para siempre la información contextual de los documentos y la integridad de los mismos.

Los procesos de digitalización que no respetan la disposición de la documentación a partir de comprender su pertenencia a una “unidad documental” en formato digital, y que no permiten su recuperación tanto a partir de visualizar su orden original como de reproducir el esquema de su cuadro de clasificación, corren mayor riesgo de generar problemas a la hora de recuperar el vínculo entre la documentación y el fondo al cual pertenecen.

 

Por otro lado, en cambio, entendemos que la digitalización es una excelente herramienta para “resolver” uniendo (sólo en términos digitales) la separación que puede haberse producido de unidades documentales, de series o de fondos, ya sea por tratamientos preventivos de conservación como por malas prácticas archivísticas.[2]

 

Pensando las buenas prácticas: la digitalización como parte de un plan integral de conservación en Archivos

Habiendo detectado los problemas mencionados, entendemos que para que un proceso de digitalización no corra dichos riesgos, se hace necesario que forme parte de un plan integral de conservación en Archivos.

Un plan integral de conservación preventiva en Archivos involucra los mismos requisitos que en cualquier otro tipo de institución: una programación, es decir, “qué” es lo que se quiere conservar; una metodología que refiere al “cómo” se va a conservar; una agenda que responde al “cuándo” se va a efectuar y “quienes” son los responsables asignados para las diferentes líneas de acción. Sin embargo, existe la necesidad de realizar la salvedad en cuanto a la particularidad del documento de archivo anteriormente descripta que es sin duda, la que le imparte la coherencia a dicho plan.

La planificación, plasmada en un documento de acciones de conservación preventiva es el resultante del estudio de las necesidades específicas de los documentos de archivo en conjunción con los recursos disponibles para garantizar su seguridad, su accesibilidad, su recuperación y su disponibilidad. (Alcazar y Espiño, 2014; p. 8).

Una vez determinadas las necesidades mediante diagnósticos selectivos se desarrollan las estrategias a corto, mediano y largo plazo en relación a la documentación y su entorno, estableciendo líneas de acción precisas en torno a los objetivos diagramados y a los responsables que cumplen diversas funciones para llevarlas a cabo.

En cuanto a las funciones a realizar, todo conservador debe conocer, más allá de la materialidad del documento de archivo, los principios de procedencia, orden original e integridad que determinan el contexto archivístico e integrarlos a su práctica. Debe ser asistido o trabajar en conjunto con el archivista en todos los aspectos, y en particular en referencia a posibles restricciones o limitaciones de orden legal que puedan tener los fondos documentales. De esta manera, se diagraman diversas estrategias de conservación que apuntan a minimizar los riesgos de pérdida de información. Sobre este aspecto Arsenio Sánchez Hernampérez declara en una entrevista de Archivos y Archivística, sobre las funciones de cada profesional en los Archivos:

“Es evidente que los archiveros tienen una responsabilidad fundamental en la conservación y todos conocemos casos de archivos sin un solo restaurador en los que han logrado los niveles más altos en conservación gracias al trabajo desarrollado por sus responsables (…) En cierta manera esto tiene su lógica, pues el problema de la conservación archivística está relacionado con su propio carácter documental, con su volumen y con la necesidad de acceso.” (en Pérez Betancor, 2015)

En la programación también se pueden delimitar niveles que abarcan desde lo general a lo particular. Es decir, jerarquizar dichas necesidades y riesgos con el fin de no centrarse en una problemática en particular sino saber encauzar los recursos para tratar de solucionar un rango mayor de riesgos que involucren a toda la documentación en un Archivo. En este sentido se abren líneas de acción sobre el entorno de la documentación: sobre el control climático y ambiental de los depósitos, el control de plagas, el mobiliario  y los contenedores apropiados para minimizar los deterioros desencadenados por los diversos factores. Por otro lado, y en paralelo, gracias a un trabajo en conjunto entre el archivista y el conservador, se pueden determinar las prioridades en cuanto a la reproducción de aquella documentación que más lo requiera por su estado de conservación y por su uso.

De esta manera se responden a los interrogantes sobre si la digitalización es necesaria  para el documento original,  para el usuario o para ambos (IFLA. Marzo 2002. P 32).

El doble filo sobre el que hacemos referencia de este procedimiento es que por un lado el formato electrónico facilita el acceso y la reproducción sin dañar el original permitiendo, a su vez, incorporarlo a una red. Esto elimina problemas relacionados con la distancia física y acorta los tiempos de consulta de la documentación, pero por otro lado (además de los inconvenientes mencionados anteriormente) requiere de una planificación estricta en materia de conservación ya que  la fuerte vulnerabilidad de su soporte con respecto a su alteración y destrucción requiere un estricto control y una actualización frecuente de sus datos (AAVV., 2014; p. 75). Por lo que, a su vez, es indispensable una política de preservación digital dentro del plan integral de conservación, que contemple el aumento de costes[3] para la institución.

En referencia a la selección de los fondos a ser digitalizados, se debe contemplar el tiempo y los costos que requiere su acondicionamiento antes de efectuar su reproducción con el fin de no deteriorar aún más la documentación original y de no interrumpir la cadena de trabajo. Este factor es importante en la planificación, con respecto a no extender los tiempos en que la documentación se encuentra fuera de consulta.

En un plan integrado de conservación, el archivista recoge el diagnóstico general del conservador,  jerarquiza y articula ambas tareas: las de estabilización y digitalización de la documentación. Un ejemplo de esto sería que mientras se acondiciona un fondo documental deteriorado se va digitalizando otro fondo apto para su manipulación y reproducción, y acorde a la demanda de consulta. Es necesario aclarar que se llega a esta instancia cuando se han subsanado las prioridades en cuanto al entorno de la documentación.

En un contexto de escasos recursos para llevar a cabo toda la cadena de descripción, estabilización y digitalización, debe acentuarse la constante interacción, compromiso y capacitación de todas las partes involucradas. De esta manera el proceso es evaluado y, acorde a las necesidades emergentes, la acción se adapta a las posibilidades planteadas. El mismo debe ser flexible y dinámico para lograr un estricto control en cada etapa.

Una capacitación específica de los técnicos informáticos sobre la manipulación de la documentación deteriorada ayudan a planificar una intervención acotada al procedimiento de su estabilización y digitalización; evitando así la restauración puntual y extensa que conlleva un costo mayor.

 

El caso Libros de Pasajeros

Para graficar a qué hacemos referencia, queremos mencionar el caso de la serie “Libros de Pasajeros Vía Marítima” del Fondo Dirección Nacional de Migraciones, que se preserva en el Departamento Archivo Intermedio del Archivo General de la Nación. En primer lugar, debemos mencionar que en dicho Depto. se encuentra funcionando un plan integral de conservación preventiva que incluye tanto el control ambiental básico en depósitos; estabilizaciones masivas sobre diferentes fondos documentales acorde a un diagnóstico general previo realizado y al destino de la misma (además de la implementación de diferentes niveles de intervención puntual en cuanto a si va a ser consultada o si va a ser digitalizada) y las medidas preventivas de manipulación y normas de sala durante la consulta de la documentación y el traslado de los documentos.

En dicho marco, y ante la alta demanda de consulta y el mal estado de conservación de los Libros de Pasajeros Vía Marítima, el Departamento de Archivo Intermedio priorizó su digitalización. A partir del primer informe de conservación, se determinó que dicha serie se presentaba en mal estado en un sesenta por ciento  y requería un acondicionamiento mínimo antes de su reproducción.

Ante la escasez de recursos, pero entendiendo que la principal función del documento de archivo de garantizar los derechos ciudadanos, se planificó el comienzo de la digitalización por el cuarenta por ciento que se encontraba disponible para ser digitalizado, mientras era acondicionada aquella documentación que fue diagnosticada en mal estado. Dentro de los deterioros detectados se encontraban folios con textos ocultos por intervenciones no apropiados con papel opaco. Tras ser analizado y testeado con pruebas de solubilidad por los conservadores, se optó por humedecer con alcohol dichas partes para hacer emerger el texto oculto al momento de realizar la toma fotográfica en vez de intervenir y extraer dicha intervención; situación que hubiera demorado el procedimiento además de correr el riesgo de deteriorar aún más la documentación. De esta manera el proceso se fue adaptando acorde a distintas necesidades. Por otro lado, si bien la documentación se encuentra fuera de consulta durante este procedimiento, cuando una persona requiere un dato para tramitar un derecho (por ejemplo, un asunto relacionado con su identidad), el archivista busca los datos necesarios y se realiza la copia certificada sin interrumpir tampoco el procedimiento de estabilización y digitalización de esta serie.

Con este ejemplo nos interesa destacar que para llegar a una rutina dinámica de trabajo se debe evaluar cada procedimiento en articulación con los principales objetivos anteriormente mencionados. Realizar cuestionarios sobre cada línea de acción permite detectar los errores y prever mayores complicaciones. Más allá de los diferentes modelos de evaluación, se debe crear uno a base del uso de los fondos y los hábitos del personal responsables de su protección. Es recomendable disponer de un guión de evaluación donde, con objetividad se puedan determinar los indicadores de estancamiento como así los de evolución de todo el plan integral.

 

A modo de cierre

En esta presentación hemos querido llamar la atención sobre el lugar y las posibilidades que, los profesionales que nos desempeñamos en el ámbito de la preservación y acceso al patrimonio documental, otorgamos a la digitalización; haciendo especial referencia al caso de los documentos de archivo y las consecuentes particularidades de su tratamiento.

Para ello presentamos una serie de problemas recurrentes que hemos podido identificar en nuestra tarea a partir de la ausencia de especificidad en el tratamiento de los documentos de archivo a la hora de su digitalización. En ese sentido, presentamos distintos tipos de casos en donde se provocó la disociación de información en los documentos de archivo, los cuales identificamos originados por desconocimiento de los principios y prácticas propias de la disciplina archivística. La disociación por omisión, como aquella dada cuando en el proceso de digitalización, no se problematiza la existencia previa de una ruptura de integridad tratando la documentación en forma individual. La disociación de la identificación cuando no se registran (en metadatos o en imágenes) la información de los contenedores o sistemas de guarda de la documentación y se disocia la identificación externa y/o la ruptura con su instrumento de descripción. La disociación del orden original en el proceso de digitalización, no se sigue el orden que la institución o persona productora había dado a los documentos y las imágenes digitalizadas no siguen el cuadro de clasificación archivístico.

También quisimos problematizar la tarea de aislamiento en Conservación, insistiendo en la necesidad de que los procesos de digitalización nos permitan recomponer las unidades documentales y los vínculos archivísticos de la documentación, en vez de “reproducir” estos aislamientos.

Por último, insistiendo en la necesidad de abordar las problemáticas de preservación desde una mirada integral y una perspectiva interdisciplinar; se presentó la digitalización como parte de un plan integral de conservación preventiva en Archivos, a partir de reseñar algunas variables que se tuvieron en cuenta a la hora de realizar una planificación de tareas incluidas en la planificación de un caso concreto.

Se dejaron intencionalmente afuera las cuestiones referidas a la elaboración de un plan de digitalización en Archivos y sus consecuentes necesidades de preservación a largo plazo, ya que será la temática abordada por Pak Linares en el trabajo “Digitalizar para preservar… difundiendo” en este mismo Encuentro.

Una vez más, en esta aproximación al problema quisimos destacar la importancia que tiene para la conservación entender y valorar las particularidades que tiene el documento de archivo en su tratamiento; y esto implica valorar la necesidad del trabajo interdisciplinario dentro de una planificación de conservación integral y multinivel para evitar la disociación tanto en el tratamiento de los documentos de archivo como durante los procesos de digitalización.

En particular, destacando la importancia radical que tiene para los documentos de archivo la preservación de sus contextos de producción, ya que el mismo es fundamental tanto para asegurar el acceso a la totalidad de la información que porta como para que pueda cumplir con una de sus misiones (ser garante de derechos).

Esperamos que esta presentación pueda seguir sumando a la construcción de ese camino.

Referencias 

[1] Ver Mariana Nazar y Carolina Schmid: “La integridad archivística y la disociación en conservación: repensando los contextos de producción” disponible en:  http://conversaonline.wixsite.com/conversa/integridad-archivistica (última visita 11/08/2016)

[2] Por preguntas que surgieron durante la presentación queremos insistir en destacar que todos los trabajos archivísticos que se realizan a los fines de reponer los contextos de producción de documentos que han sido mal-tratados recomendamos que sean realizados en términos intelectuales y no en términos físicos.

[3] La preservación digital no implica sólo un costo tecnológico sino de todas las áreas involucradas en dicho proceso. Para más información consultar. CRUZ MUNDEZ, J.R. y DÍEZ CARRERA, C. El cálculo de costes de la preservación digital: un análisis de modelos. Anales de Documentación, 2015, vol. 18, nº 2. Disponible en: http://dx.doi.org/10.6018/analesdoc.18.2.228411.

 

 

Bibliografía citada

 

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